Enrevesada y sugerente película de mafiosos coreano con ese dramatismo shakesperiano que saben imprimir por aquellos lugares a unas historias plagadas de amores imposibles por cuestiones de clase, conflictos entre lealtad y principios, choques entre el deber y la familia y toda clase de dilemas psicomorales que impliquen elegir entre la felicidad personal y un bien superior. Visualmente impactante, argumentalmente inteligente y narrativamente poética, a “A bittersweet life” no le falta nada pero quizás sí le sobre la previsibilidad que caracteriza al cine oriental, marcado siempre por una suerte de destino fatalista y prescrito que tiene aprisionados a todos los protagonistas desde el principio y, sin posibilidad de escape, tampoco tienen posibilidad de evolución, de modo no es fácil determinar el rol y la suerte de cada personaje a las primeras de cambio, así como de aquellos elementos incrustados con algo de artificio para servir de instrumentos del destino.

Entretenida, pero no termina de deslimbrar como otros títulos similares del cine coreano. Aún así, interesante y sugestiva.