Hay cosas que no entiendo. Ridley Scott se deja los cuernos para hacer una joya como “El Reino de los Cielos” para que luego llegue un productor sin escrúpulos y meta la tijera aquí y allá con el cuento de dejar el metraje en algo cómodo para el gran público (inciso: obviamente consideran que el público es gilipollas o que no va al cine a ver una película sino simplemente buscando un sitio oscuro a comer nachos, palomitas y refrescos), mientras que en “Gamer” no hay un alma caritativa que se cepille dos o tres escenas ridículas que empobrecen una película que camina peligrosamente por la difusa frontera que separa lo bizarro de lo mediocre.

Igual que “Los sustitutos”, “Gamer” nos lleva a una futurista historia de realidad virtual, avatares, control fascistoide desde los gobiernos, alienaciones sociales y degeneración moral, que da mucha más importancia a la forma que al fondo. Así, sus puntos a favor son las abundantes y bien coreografiadas escenas de acción, para todos los gustos, y los efectos especiales, ultracoloristas u oscuros según lo exija el momento y la situación. Sus puntos en contra son… pues todo lo demás: interpretaciones apáticas; una dirección competente para diseñar el plano más espectacular de un tiroteo pero incapaz de dar coherencia a una historia que va a golpes, escrita como un conjunto de peleas grapadas una a continuación de otra; escenas pensadas por un mono drogado que nadie tuvo el sentido común de recortar; diálogos con perlas de buen gusto como “Deja de menstruar y tráeme los índices de audiencia”… y, en resumen, una película simple que se ha enrevesado artificialmente para parecer sustancial.

Daba para más a poco que alguien la hubiese revisado ligeramente antes de estrenarla, hubiese intercambiado algunos protagonistas (se le saca demasiado poco partido a Dexter) y hubiera introducido alguna escena más de tiroteos estilo Call of Duty para compensar la falta de originalidad.

No puedo ponerme en la piel de alguien que se haya dejado 7 euros en una entrada de cine y es que ver las películas desde el sofá tiene la desventaja de que se pierde la perspectiva económica, pero yo diría que la película no engaña a nadie y se merece el aprobado justo (extremadamente justito) como para que la entrada valga la pena. De todos modos es sólo mi opinión… he leído críticas previas que hablan de “puta mierda” o “peor película del año” y tampoco estoy en desacuerdo.