Zach Efrom saltó a la fama como protagonista joven y guapo de series infantiles y juveniles. Y creo que también por andar liado o hacer como que andaba liado con su compañera en dichas series (también, inevitablemente, joven y guapa, que parece que el sobrepeso y los granos no existen en el paraíso Disney), la tal Vanesa Hudgens. Aunque siguen siendo guapos, ambos yogures Disney ya han caducado y se buscan las habichuelas como buenamente pueden... y, por lo general, eso implica desencasillarse de lo que podríamos denominar «aura de santidad Disney» para abrirse puertas en películas serias que suelen rechazar a estos famosillos porque el espectador les sigue asociado con pipiolines majetes y se hace raro verles haciendo de asesinos, policías o drogadictos.

El caso es que Vanesa Hudgens se desencasilló a lo grande filtrando unas fotos suyas en bolas (¡bravo!) mientras que Zach va un poco más a su ritmo, participando en películas que se supone que le permiten mostrar más registros que el de rubio que juega a baloncesto que le hizo tan famoso. Aquí, por ejemplo, hace varios: el de aguerrido marine (juas), el de alma atormentada (¡juas!) y el de padre forzoso primerizo (¡jojojo!) a cada cual más acartonado… para el primero se inspiró en Sylvester Stallone con estreñimiento, para el segundo con una acelga con vinagre y para el tercero en la cara de los tubos de patatas de las patatas pringles.

Y poco más hay que contar. La chica es Taylor Schilling y, aunque los ojos dicen que es guapa, al resto de sentidos no les transmite absolutamente nada: hace de madre coraje con tanto ardor combativo como una sombrilla plegada. Ves la foto del anuncio con Zach y ella mirándose con cara de sueño y te queda claro el nivel empático la película. ¿Y el villano? ¿Y la trama absurda y forzada? Un marine que se siente culpable de no morir en Irak y va a ver a una viuda guapetona para tranquilizar una conciencia que nadie sabe (ni él tampoco lo aparenta) por qué está intranquila. Si solo fuera a verla para aprovecharse de ella y echar un polvo fácil sería repugnante pero entendible, ¿pero ésto de ir a verla porque te lo dice un guión ratonero?

En fin… interpretaciones de anuncio de colonia, trama de anuncio de colonia raro y estética de anuncio de desodorante, o sea, un enorme pastelón pringoso y mantecoso por fuera, vacío y relleno de aire por dentro. Soporífera y ridícula.No te rindas Zach. No la he visto aún, pero creo que has vuelto a cagarla con “El chico del periódico”… da igual lo que digan, algún día serás capaz de poner una mirada seria.