Un simpático delincuente, al que le da igual vivir que morir, se enamora de
una atractiva y desequilibrada chica norteamericana. Se entabla una relación
divertida y sin sentido, que dará lugar a una encrucijada y a un callejón sin salida.

La película brinda la posibilidad de disfrutar de un magnífico Paris de 1959,
mostrado en blanco y negro, atestado de Renault 4cv y Dauphines.

Todo un alegato a la vida desordenada de dos soñadores y desgraciados
personajes, con los pies alejados del suelo.

La película deja también ver como la amistad tiene un peso mayor que
determinados sentimientos amorosos, que llevan a la perdición de los
protagonistas.

No hay mucha maldad en sus actos, pero sí mucha inconsciencia.