Y mira que soy bastante hater de Adam Sandler, pero hay que reconocerlo. Me ha impresionado.

No tanto para lo "fácil": reunir un montón de leyendas del baloncesto para mostrarnos nada menos que lo que mejor saben: ser leyendas. Jugadas de ensueño, remates asesinos, fintas de escándalo y tapones que resuenan por toda la cancha. Eso es únicamente el envoltorio. No menos disfrutable, ojo.

Hustle ("Garra" es una traducción bastante decente, aunque quizás haga más referencia al esfuerzo que al coraje) nos cuenta una historia archiconocida de descubrir y explotar el talento contra todo pronóstico, pero ¿Dónde está la gracia? La gracia está en el mensaje sin tapujos que nos deja: No eres nada si no te lo curras. Un tropiezo puede hacerte caer y va a haber gente encantada de que así sea: Mantener la calma y no ceder ante el desánimo pero tampoco ante la provocación. Mensaje de centrarse en la familia (término denostado en este siglo en el que todo es centrado en el "yo") y caminos truncados, amigos que fallan ante enemigos que no fallan y no se quedan cortos en su maldad y como remate, 0 sensibilidad para los que se rinden y ceden.

Si te caes, levántate, y si te rompen, reinvéntate. Contundente mensaje para la generación snowflake.

Superación ochentera y noventera en un filme actual. Creo que es algo merecedor de, al menos, un modesto elogio.

Sandler, en su propuesta más depurada y madura hasta la fecha. Not bad.