A pesar de que se inicia en Viena, que nadie sea tan cándido como para buscar el espíritu de Arthur Schnitzler en esta lujosa tontería. Recomiendo el visionado de la obra magna de Max Ophüls La ronde, una maravilla que mantiene una lozanía envidiable casi 65 años después de su realización. En realidad, que 360 aspire a ser una puesta al día de La ronde roza el delirio, cuando no el insulto. Hilvanar varias historias que al final confluyan con más o menos gracia no es un invento nuevo. En este caso viajamos por varios países del mundo, desde Viena hasta París, pasando por Brasil, Londres, Denver y alguno que me olvido, siguiendo las erráticas vivencias de una serie de personajes con problemas de todo tipo, principalmente de tipo amoroso. Poblada de actores desconocidos, destacan los cuatro más populares, como es lógico, con un recuperado Anthony Hopkins que logra dotar de credibilidad a su personaje. Por lo demás, no es otra cosa que un melodrama de papel couché sobresaturado de tópicos.