También podría haberla titulado "Los Schindler de Varsovia", para el caso. Se trata de otra pulcra revisitación del Holocausto, con la particularidad de que transcurre en el zoo de Varsovia. De hecho, el título original es más explícito: "La esposa del guardián del zoo". Con su formato de lujoso telefilm de sobremesa, su realización tan funcional como correcta, la plasmación de lo que pudo ser la capital de Polonia antes de la brutal invasión nazi, unas gotas de ternura, un toque de humor en algún momento aislado, una fotografía preciosista, y un elenco actoral sin mácula, es de esas películas ante las que puedes dormitar sin temor a perderte alguna escena crucial. No creo que la hubiera visto de no ser por la presencia de mi adorada pelirroja, que puede resultar sexy hasta con un cachorro de león entre los brazos. Quién fuera ese cachorrillo, pensó el bribón. Debió ser un proyecto bastante personal, porque Jessica consta como productora de la película. Como gesto de simpatía hacia sus fans, que somos legión, nos regala la visión fugaz de uno de sus deliciosos pezones. Y ya está. Lo demás son nazis, judíos escondidos, animalitos y resignados sufrimientos. Daniel Brühl hace de nazi relamido y está muy convincente en su papel, es de esos actores que va madurando con los años como un buen vino.
Mala no es. Pero sí implacablemente correcta. Reservada a los contumaces amantes silenciosos de Jessica Chastain.