Más de una vez he manifestado mi amor por el cine musical, desde La calle 42 hasta el Chicago del mismo Rob Marshall. Pero un buen musical necesita una buena música, aunque parezca una perogrullada. y aun a riesgo de que alguien pueda considerarlo una herejía, las músicas de Sondheim no son demasiado afortunadas, como ya se revelaba en Sweeney Todd. Sondheim tiene la suerte de contar con excelentes libretistas y productores de Broadway que se gastan la pasta en unos montajes espectaculares, lo cual oculta lo poco comerciales y de difícil acceso al público en general que son sus obras. Lo mismo sucede en este Into the Woods. La idea es buena, juntar a toda una serie de personajes de cuentos clásicos en un bosque y ver qué sucede, entre el terror y la fantasía. La música es plúmbea, el ritmo cada vez más aletargado, y las interpretaciones irregulares, con Meryl Streep dando siempre la nota con su histrionismo desaforado. Igual que me salí de Les miserables, confieso sin ningún rubor que huí cobardemente de los bosques y me refugié entre las paredes de una buena coctelería para limpiar el sabor amargo de la decepción que había quedado en mi boca. Malos tiempos para el musical. Revisad Brigadoon o Un americano en París: siguen siendo modernos y adelantados a su tiempo. Con unos temas de llorar.