Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Voto de Charles:
6
Aventuras. Drama Narra la historia de Moisés (Christian Bale), un hombre de extraordinario valor que desafió al faraón Ramsés (Joel Edgerton) y liberó a 600.000 esclavos, que protagonizaron una épica y peligrosa huida a través de Egipto en busca de la Tierra Prometida. (FILMAFFINITY)
25 de mayo de 2015
Sé el primero en valorar esta crítica
Más allá de la rivalidad entre dos hermanos que se dan cuenta de que nunca lo fueron, y la recuperación de ese cine de localizaciones colosales para una conversación de cinco minutos, lo que llama la atención de 'Exodus' poderosamente es el retrato de Dios.
Un Dios, frío y nada empático, por no mencionar casi negativo y esclavista. Dice "necesito un general para mi ejército", no un líder, no un portavoz. Ridley Scott pone en la mesa una manera interesante de concebir a Dios como un látigo para la fe, que se acepta muchas veces aunque se dude de su existencia y nos obligue a actos contra los que no estamos de acuerdo.

Así, Moisés tiene una misión, pero también un calvario, que debe llevar a cabo porque solo él ha escuchado la llamada divina.
Quizá por su escepticismo, Dios consideró que era mejor hablar a un profano, o quizás porque llega el momento en que no puede seguir huyendo de su pasado y la mayor prueba de su fe será enfrentarlo.

Realmente, 'Exodus: Dioses y Reyes' es una historia de fe, y de cómo su creencia ciega nos hace superar montañas, aun a costa de dolor y sangre.
La dureza de las imágenes se contagia a los actos de Moisés y Ramsés: dos hermanos, unidos por el destino pero separados por esa fe que profesan. Es interesante darse cuenta de que les da a ambos una identidad que no tenían: Ramsés se considera un Dios viviente porque años de su fe así lo dicen, mientras que Moisés abandona a su familia porque de repente se ve abanderado de una causa que contaba sin líder. Ambos cambian por su fe, aunque eso les separe.

También está la duda en la fe, pues el Dios cruel de Moisés apenas da explicaciones o clemencia y responde muchas veces con silencio. Resulta curioso comprobar cómo, en contraposición, Ramsés está acostumbrado al silencio de sus dioses, y confía ciegamente en quién le dice que puede interpretar esos actos silenciosos en entrañas de animales.

Por eso, ambos hombres, ambos hermanos, por fin son libres cuando aceptan esa fe como realmente era: Ramsés como algo que en realidad nunca fue real, desolado y derrotado, y Moisés como algo que llevará siempre, quiera o no.
Las tablas de los mandamientos, realizadas en una cueva en donde, distendidamente, Moisés comparte una bebida con Dios así lo demuestra: cargo una cruz porque solo yo sé llevarla.

Ojalá hubiera algo de historia anterior para hacerme de verdad creer que hubo un momento en que los dos hermanos harían lo que fuera el uno por el otro.
Pero Ridley Scott lo da por sabido y parece más interesado en mostrar como la fe es una cadena que es capaz de separarlos.
Charles
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow