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Cuba Cuba · Barcelona
Voto de Luisito:
3
Drama Terribles fueron las luchas que Iván IV el Terrible, primer zar de Rusia, tuvo que sostener contra sus enemigos del interior y del exterior para crear un estado fuerte y moderno. En 1547, a los 17 años, Iván es coronado zar en la catedral de Moscú por el patriarca Macario. El apoyo de la Iglesia confirió al acto un prestigio sagrado que sería la base de la autocracia zarista. En el interior, para combatir a los boyardos (la poderosa ... [+]
8 de julio de 2018
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es fácil ponerse a teclear para dar una opinión negativa sobre una película de uno de los considerados padres del cine moderno. Todo lo negativo que tiene este ladrillo titulado "lván el Terrible. Parte I" también se señalan en las críticas más elogiosas, algo que a mí me ha desanimado más, algo que para mí pesa más y que no compensa en absoluto todo lo bueno que se dice que también tiene. Yo también puedo señalar esas cosas buenas, hablo del montaje, del paso del tiempo inadvertido, de la fotografía y del espectacular uso de las sombras, pero no neutraliza todo el daño que le hace a la película un ritmo lento, bochornoso, con una pachorra que como digo, por ejemplo, ni las escenas de la batalla en Kazán sirve para equilibrar o compensar el daño general de la película. Es un ladrillo se mire por donde se mire.

Einsenstein pervive como uno de los grandes directores de la historia y sin embargo me planto y digo que no, que tan renombrado nombre propio realizara una película tan pesada es una gran decepción. Enhorabuena a quienes extraen tantas cosas positivas de "Iván el Terrible. Parte I", yo no he sabido si reír o llorar entre tanto plano corto, tanta mirada puesta en el infinito, esas cejas pobladas, esas pestañas imposibles, el innecesario exceso de teatralidad y la sensación de estar viendo una película muda en la que hablan, de manera que cuando se desatan y le dan al piquito es un cachondeo. Va que ya acabo, ¿y el pueblo?, ¿dónde está ese pueblo que tanto se pone en las espaldas el recién autoproclamado zar?, apenas en la batalla pero eso son soldados, el campesino, ese elemento unificador de todas las Rusias brilla por su ausencia. Una lástima, los hilos de Stalin detrás por supuesto, claro, ahí queda eso...
Luisito
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