Hay quienes no están preparados para la tormenta y hay quienes pese a estarlo no les gusta. Pienso en todo lo que se dice del cine de Miike y de este rarísimo "Gozu. El camino a la locura" y estoy de acuerdo en todo, aunque a mí personalmente me encanta Cronenberg y detesto a Lynch, reconozco que el personal sello de Miike tiene cierta relación con ambos. Por donde no paso es por Buñuel, por favor, al maestro español déjenlo aparte porque no tiene nada que ver. La cuestión no es tanto valorar las influencias como el verdadero gusto personal, algo que tiene que ver con las filias propias del espectador individual. Es decir, el que sabe de qué va Miike, en el caso de conseguir extraer un concepto general del censo total de sus numerosas películas, llega aquí probablemente con la asignatura aprobada y sabiendo qué puede pasar. El que no sabe nada de Miike, se va a llevar un bofetón cinéfilo, y eso puede no ser nada bueno.

Yo he encontrado buenos motivos para acabar satisfecho, sin la pretensión de alcanzar un entendimiento total o parcial del mensaje, me conformo con disfrutar de sus pasajes y me doy la enhorabuena por haber llegado a ese final sin sacar la lengua. Evidentemente hay mucha locura, en eso el título sí es premonitorio, cosas que hacen más o menos gracia, cosas que dan más o menos asco y una línea argumental coherente dentro de sus desvaríos. Todo está permitido desde el primer minuto y por ello es bueno estar preparado. Cada uno encontrará sus mejores momentos, yo como soy un ser altamente sexual lo del cucharón me ha parecido una maravilla. Eso ya es cuestión de gustos. El que quiera o necesite interpretar el mensaje de la película y quede satisfecho le pondrá más nota, es sencillo, el que tenga suficiente con aproximarse a una idea, como yo, y además sea suficiente para echar unas risas, pues ahí queda mi valoración.