Una película así sabes que no la vas a olvidar. Mencionar el título además, un objeto directo tan definido, va a ajetrear tu mente y definitivamente, en cuanto alguien lo nombre, vas a recordar lo que la mayoría piensan y opinan: es una película muy chunga. La cuestión ya no es si te gusta pasarlo mal viendo cine, la cuestión creo que es más bien valorar si esa incomodidad está bien llevada, si consigue un efecto de dolor mental indiscutible en el espectador, y aunque no nos guste pasarlo mal, es de necios obviarlo y creo que es necesario defender y elogiar el efecto que produce. Aunque no nos guste.

Una vez presentado un dilema (aquello que jamás querrías que te cuenten antes de ver una película así), si se quiere ir por la vía rápida en menos de una hora acabas y tienes un buen ensayo, pero alargarlo hasta la hora media convierte el producto en un largometraje, y hay que tener muy buena mano para que funcione. Y funciona, rotundamente, llevar una agonía hasta el límite justo, sin pasarse, apretar ahogando con la suficiente fuerza para que esa asfixia no se te vaya de las manos, no sé cómo decirlo, oprimir para que el espectador (tal cual me ha pasado a mí) mire constantemente el reloj para saber cuánto sufrimiento nos queda, lograr ese efecto brutal no es fácil. Y aunque no nos guste, en eso "La mesita del comedor" es una maravilla.

Planos cortos, prácticamente un único escenario, Terrassa es la ciudad por lo visto, esa mesa que se cuela en tu vida y mucha reflexión acerca de los caminos que tomas por azar, por decisiones que te cambian la vida, tal cual ofrece ese lamentable vendedor. Podríamos cuestionar un humor que a muchos no ha gustado, yo creo que es un buen contrapunto. Los actores están espectaculares y que ellos se llamen Jesús y María ahí queda como un detalle más, como la conversación durante la cena, el vino, barato o caro, y tantas cosas que alimentan una historia que es imposible olvidar...

Tengo ganas de decir que Terrassa es muy chunga...

Y que lo he pasado mal como hacía tiempo...