Está bien que entrados en el S.XXI alguien se decida a hacer una del oeste, me encanta, aunque sea con un título tan largo que me da hasta pereza escribir. Es "la de Jesse James" de este siglo. Y aparece Brad Pitt, sí. Y no verás ni un galope de caballo, no, como mucho al trote y de forma cansina. ¿Y los disparos?; jamás una estrella del Hollywood clásico disparará con tanta incompetencia. Pero esto es el S.XXI y aunque sea un western por el lado de la estética no lo es desde ningún otro punto de vista. Por si no quedaba claro, Robert Ford es mezquino y cobarde, así que desde el primer minuto, además de saber a quién va a acabar asesinando, hay una constancia mayúscula de su condición. Para ello, todo hay que decirlo, es necesaria una interpretación de lujo.

Así que del oeste, sí, en parte sí, pero desde luego no es como las de antes. Esta película de título interminable se cocina a fuego lento, con unos diálogos interminables, con excesivas pausas y poniendo el acento en un realismo que la aleja irremediablemente del género clásico. Por lo tanto hay muchas quejas, el cine de autor no es para todos. Mucho me temo que se hace larga, como un día sin pan. Mucho me temo que sin Brad Pitt más de uno ni siquiera se detiene aquí. Mucho me temo también que esa voz en off explica demasiadas cosas, como si hubiera que subrayar sí o sí ciertas cosas, con lo peligroso que eso es a veces. [Al principio se dice que James está siempre pestañeando por un problema físico en los ojos. Pues vaya, todo lo contrario precisamente desde que lo anuncian, ni un pestañeo, ni uno...]

Reconozco que tiene momentos de tensión muy bien expuestos, situaciones bien filmadas y sobre todo, lo que es el objeto directo y cima de la película, el asesinato, presentado de forma impecable. Pero nada más que destellos. Poca cosa para dos horas y media. Del oeste de verdad, antes, se hacían dos películas como la copa de un pino con ese mismo tiempo. Dos obras maestras en el mismo tiempo, palabra, ahí están.