Conviene no saber nada de la película para entrar en la trama especulando sobre lo que esconde el misterioso sirviente que entra a trabajar en la choza del segundo protagonista, un irritable y estúpido personaje perteneciente a la clase pudiente inglesa. El misterio que envuelve a Bogarde es lo más llamativo, ignorar qué hilos está moviendo y qué estará buscando lo hace más atractivo. En mi opinión Joseph Losey realiza un excelente trabajo en la primera parte, consigue recrear una extraña atmósfera opresiva puertas adentro. Lo más destacable es el trazo de la relación rara, sobre todo a partir de la segunda parte, que tienen los dos personajes, la fuerza y el peso de la película residen en esa relación caótica.

Al que no le gusten los dramas psicológicos que no lo intente. Yo creía que la gracia de la película estaba en descubrir los intereses ocultos del sirviente, cuando me he dado cuenta en esa segunda parte que el tema real era la misma relación entre ambos mi interés ha decaído. No hay más que eso, lo que se lee en la sinopsis, la relación, no me atrevería a llamarla de amistad, sencillamente rara, entre dos tipos muy raros. Está bien hecha, de eso puede darse cuenta cualquiera, pero no es para todos. La última media hora es un desvarío exagerado, y el final deja demasiados cabos sueltos.