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Cuba Cuba · Barcelona
Voto de Luisito:
4
Drama Kile Hadley, un magnate del petróleo, y Mitch Wayne, su mejor amigo y empleado, se enamoran de la misma mujer: la secretaria Lucy Moore. Kile, que es un alcohólico irresponsable, se casa con ella, aunque Mitch está convencido de que con esta boda Lucy comete un gran error. Al cabo de un año, contra todo pronóstico, Kyle parece un hombre nuevo: ha dejado de beber y presta más atención a sus negocios. (FILMAFFINITY)
23 de mayo de 2014
13 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de ver "Escrito sobre el viento" ya tenía claro que los ricos también lloran y que su incompetencia a la hora de vivir puede dar resultados muy lamentables. Douglas Sirk se va a una familia yankee acomodada a retratar sus desventuras, con un padre pusilánime que no es capaz de poner en cintura a sus dos hijos y otros dos allegados que rondan por ahí y resulta que son los portadores de la buena virtud y estandartes del buen ejemplo. Nada por aquí, poco por allá. El melodrama está servido y no sé si el director, el guión o las mentes que andaban detrás de esta película en general querían decirnos que el dinero no es garantía de felicidad, no sé si es una manera de suplicarle a la clase media que se sienta orgullosa de su condición a la vez que advertirles que el dinero no lo es todo.

Sabemos cómo vive la familia de petroleros de Texas que protagoniza la película, cada uno con el coche que quiere, yendo a Miami en jet privado, desapareciendo cuando uno quiere y con una choza que es un palacio. Lo que viene a ser algo más que acomodados, ricos despreciables cuyas preocupaciones materiales son inexistentes. Por ello Douglas Sirk se va a las entrañas del hijo, el gran protagonista, Robert Stack, a quien destaco muy por encima del resto, para ofrecernos sus miserias, su depresión vital, incapaz de alcanzar la felicidad y con una tendencia alcohol y a la pelea bastante irritable. De "Escrito sobre el viento" se podría hacer un culebrón de mil horas y quinientos capítulos, suerte que para nosotros la cosa queda en menos de cien minutos.

Así que yo digo no al melodrama de los ricos, porque son ricos desde luego, con unas vidas despreciables, con alcohol en cada rincón, con malas miradas y peores ideas, con rencores y maldad en una familia a la que llega Lauren Bacall como "una cualquiera" aunque ella pretenda no serlo y que acaba marchándose en los brazos del mejor amigo del primogénito tan feliz y contenta. Digo no a "Escrito sobre el viento" y me quedo tan pancho, porque Douglas Sirk no me ha emocionado con una historia en la que ni Hudson ni Bacall destacan y quedan a la sombra de Dorothy Malone y de Stack, una película cuya intensidad dramática no me ha acabado de invadir y me ha parecido epidérmica. Y sobre todo, me ha producido indiferencia. Ya lo diré para acabar a través de una pregunta retórica, no hacen falta repuestas: ¿de qué sirve ver el drama de esta familia? Venga va, que contesto: de nada, no aporta nada interesante. El Cine cuenta con millones de historias más significativas, se puede prescindir de la de estos ricachones yankees...
Luisito
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