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Cuba Cuba · Barcelona
Voto de Luisito:
8
Comedia. Drama En Bedford Stuyvesant, uno de los barrios más humildes de Brooklyn, viven varias familias de raza negra, algunos hispanos, una pareja de comerciantes vietnamitas y una familia italoamericana que tiene una pizzería. Mookie, un chico que trabaja de repartidor de pizzas, conoce bien a los vecinos y es testigo privilegiado no sólo de la vida cotidiana del barrio, sino también de las tensiones y del racismo de algunos de sus habitantes. (FILMAFFINITY) [+]
4 de mayo de 2014
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que nos cuenta Spike Lee en su película no es nada nuevo, la historia del cine ha tratado de muchas maneras el tema de la intolerancia racial a través de muchos directores cada uno a su manera. "Haz lo que debas" es de Spike Lee y trata el tema a su manera, a través de una aparente comedia coral en un barrio negro conflictivo en el que un pizzero, Danny Aiello, tiene su negocio. Lo bueno de la película es que empieza con calma, sin aparentes problemas, y que poco a poco mediante la introducción de elementos que tienen que ver con la ignorancia en algún momento y la falta de personalidad en otro, acaba explotando inevitablemente porque su director, Spike Lee, es un tío muy listo que cocina a fuego lento al principio y de repente sube la potencia del calor. Sí, calor, otro factor imprescindible, y es que a cuarenta grados todo es más trágico, estar sentado en la calle al cobijo de una exigua sombra es un drama, que te pisen las Jordan es un drama y cosas que nunca importaron antes se convierten en exclamaciones ofensivas.

Para que el retrato que Spike Lee pinta funcione se hace servir de ignorancia por un lado y de falta de personalidad por otro, para que el camino individual de uno se convierta en el camino de todos, aferrados a la estúpida cuestión de la pigmentación, la inteligencia se elimina y la personalidad se guarda escondida en casa. Sólo algunos personajes escapan de esa intolerancia: la hermana del repartidor de pizzas que parece que no sea negra, a eso lo llamo yo tener personalidad, y a Danny Aiello, que sólo le preocupa su negocio y las cuestiones raciales le resbalan bastante, su inteligencia lo aparta de lo que le rodea. Sin embargo, lo que abunda es el racismo (es inevitable escribir una y otra vez esta palabra), desde el locutor de radio que sólo menciona a artistas negros, hasta uno de los hijos de Danny Aiello, que lleva un pequeño nazi dentro suyo. Es lamentable, pero cuando los hechos se suceden, ni los orientales se salvan, cada uno se mira los brazos, mira su propio color, y ya se sabe qué opinión ha de ejercer, la de todos. Y si esa expresión comunal casa con la violencia, estamos apañados.

¿Por qué sólo hay retratos de spaguettis en esa pared?: parece una pregunta cómica, pero cuando otro hecho de más allá perturba las mentes, esa pregunta lleva implícita la violencia y la intolerancia. Quien no tiene ni perdón para Spike Lee es la policía, que quede claro. El repartidor de pizzas es la rótula que ejerce los movimientos más importantes y pasa de ir a su rollo, de aparentar un contrapunto esencial, a formar parte del grupo de los que tienen su mismo color de brazos. Spike Lee me ha gustado porque cocina poco a poco y me ha acabado matando.
Luisito
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