Thriller policial dirigido por el desconocido James Mangold, con un gran reparto. La corrupción policial se localiza en un pequeño pueblo de New Jersey habitado por policías. Las tramas y las corruptelas policiales irán viciando cada vez más el aire de este tranquilo pueblo y el sencillo sheriff del pueblo (un contenido, veraz, y sorprendente Stallone) se verá obligado a enfrentarse a sí mismo y a sus miedos.
Buena película, injustamente olvidada con el tiempo y con un elenco de actores que se ajustan a sus personajes a la perfección, tal vez por la costumbre de verlos siempre en personajes similares: De Niro, arrogante como siempre; el malvado Keitel; y el ambiguo Ray Liotta.
Buena historia, con suspense contenido y un final catártico. Aguantó a un cerebro atrofiado por la resaca y una noche revolucionada, lo que habla bien de ella y mal de mí.