Estamos ante lo que se dice una "película objetiva". El director, lejos de convencer, solo intenta contar una misma historia desde dos puntos radicalmente distintos. Se trata del conflicto entre razón y fe. No se una película propiamente de terror, aunque si incluye algunos sustos propios. Es una película que pertenece a ese genero denominado "de juicios". La trama trancurre en una sala de juicios y es ahí donde se desarrolla la acción de la película más que en las escenas de exorcismos. La objetividad de esta película se hace patente en la propia sentencia del jurado que es una especie de "si pero no".
Destacar el trabajo del director al ser una película muy bien documentada y la soberbia interpretación de Laura Linney, que es la que lleva el peso de la película.
Aunque la película no es propiamente religiosa, si tiene bastantes elementos del cine religioso como puede ser por ejemplo la aparición mariana o las reflexiones fideísticas del sacerdote.
En definitiva es una buena pelícual que no defrauda, respetuosa con ambas partes (creyentes y agnósticos) y que deja que el espectador decida con que historia quedarse.