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España España · Barcelona
Voto de Tithoes:
5
Acción. Aventuras. Comedia. Terror Un empleado de una armería descubre que una bebida energética convierte a sus compañeros en zombis. (FILMAFFINITY)
26 de septiembre de 2018
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo mejor: el irónico tono que subyace tras la mayoría de escenas genera, con algo de recelo (reducir todo al absurdo es de complicado disfrute si no se lleva a cabo con la rigurosidad propia de un erudito en la materia como el siempre peculiar Quentin Dupieux y aquí no se aprecia ni mucho menos así), un gran entretenimiento a base de ácidas críticas (sin duda atemporales al coexistir con el ser humano desde su presencia), si bien se abusa de ellas en demasiados compases solo para evidenciar que el compañerismo se desvanece cuando peligra el puesto profesional de cada cual; la inestabilidad personal que provoca el actual panorama laboral (muy factiblemente resulte indiferente el momento en el que se consulte el presente escrito), en el que el estrés y la preocupación casan para infundir ansiedad e inseguridad a propios y extraños, se recoge, absurdeces aparte (improcedentes despidos que se valen de promocionales objetos para indemnizar a los destituidos, motivacionales seminarios impartidos por organizaciones a sus todavía trabajadores en plena época de recortes, indignantes creaciones de departamentos específicos para minimizar gastos corporativos, erráticas impresiones de importantes documentos con más de mil novecientas faltas ortográficas detectadas por el corrector, militares sistemas que activan infranqueables blindajes para no permitir que nadie entre pero tampoco salga...), meritoriamente; el componente sanguinario (totalmente injustificado en general) está muy logrado (en especial en el feroz enfrentamiento que mantienen ciertos integrantes de contabilidad y de publicidad) y la diversión más que asegurada (mención especial merecen tanto la recreación en carne y hueso del aclamado juego Mario kart como el balón de pugilato situado en el escritorio del protagonista por mociones objetivas y subjetivas respectivamente), pues la película bebe directamente de clásicos como la magnífica Zombies party para entusiasmar sobremanera al público menos habitual en estos lares y contentar (sin más) al más frecuente.

Lo peor: el anuncio de la empresa líder mundial en la fabricación de armas de protección masiva que se proyecta en la introducción refleja el muy particular sentido del humor de la cinta, siendo el mismo para la inmensa mayoría de espectadores, probablemente, deficiente u ordinario juzgando las lindezas argumentales y las ridiculeces situacionales que se suceden; la arbitrariedad de los ataques de los infectados es, cuanto menos, imprudente, confundiéndose hostilidad con esquizofrenia en una propuesta cuyo montaje es altamente criticable (los innumerables cortes sugieren un proceso de postproducción poco cuidado si el destino no es televisivo para emitirlo con pausas propagandísticas); el listado de consejos para sobrevivir (concretamente siete, que van desde llevar un portapapeles para que nadie moleste simulando estar ocupado hasta dedicar tiempo a proyectos propios para asegurar un futuro en caso de cesantía) en un panorama como el plasmado no se antoja un homenaje a Zombieland (propulsora de semejante ingeniosidad) si no un burdo aprovechamiento de ella, mas si el reparto no despierta la empatía necesaria como aquí ocurre (únicamente podría destacarse la labor de Zachary Levi como villano, pues incluso Jane Levy, que en la estupenda revisión del clásico Evil dead dirigida por Fede Álvarez se postuló como una actriz de referencia, sobreactúa sin mesura) el naufragio de tan prometedor metraje (una bebida energética que transforma a quien la consume en el guerrero que lleva dentro, por decirlo de un modo sutil, es una formidable premisa) es considerable.

Daniel Espinosa
www.cementeriodenoticias.es.tl
Tithoes
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