Dado este panorama desastroso para mi, toda vez que no me gustan los juegos de video, es deber admitir que me reí durante la proyección en un cine que nuevamente olía y sonaba a vacaciones. Me reí por el juego de diálogos e imágenes que se instauran con respeto al pene, por las huidas del héroe, porque no pude comprar crispetas y gaseosas a la mitad de la película y porque el doblaje daba risa, a excepción de la voz que acompaña a uno de los personajes femeninos de la cinta, que es la misma que describe la historia del anillo en El señor de los anillos, la comunidad del anillo.

En fin, no todo estuvo tan mal, dos que tres sorpresas, en cuanto a sonido e imagen, sentí cuando la situación y la acción en el celuloide se encontraban. Fuera de esto, y preguntándome por qué el oro que cubre el cuerpo de la Jolie no terminó de deslizarse, esta película fue una total botada de tiempo y dinero; porque en está ocasión neuronas no boté ¿tengo neuronas?

Ya es demasiado tarde para mentir y admitiré al fin de este plano que de seguro, la segunda parte de esta secuencia de efectos, iré a ver, como deben ir a ver esta película, aquellas personas que son capaces de amanecerse jugando en cualquier consola, un juego de rol.

Ojo; las críticas sobre el doblaje y la admiración hacia la única voz creíble de la película sólo es válida para Colombia.