Lo que diferencia a la Trilogía del Baztán de Dolores Redondo de cualquier otra saga policíaca son tres elementos: el primero es que el paisaje se convierte en un personaje más de la saga. En la adaptación cinematográfica se ha conseguido plenamente. El Valle, oscuro, lluvioso, plomizo, misterioso, nos habla, igual que a la protagonista. Ahí le doy un 10. El Segundo elemento diferenciador es la introducción de la mitología y tradiciones ancestrales vascas como otro personaje más, que le aporta a la novela ese toque mágico e inquietante que te atrapa. Ahí, la película patina estrepitosamente. Sí, se habla del Basajaun, pero como algo anecdótico, cuando ese espíritu del bosque tiene un papel esencial en la trama. El tercer elemento, la historia personal de la protagonista, ese oscuro secreto familiar que se va desvelando poco a poco, y que convierte a Rosario en el personaje más terrorífico que he leído. Ahí también le ha faltado. Centrarse únicamente en la trama puramente policial creo que no ha beneficiado la adaptación, ya que sin esos elementos diferenciadores no pasa de ser una historia entretenida. Ha faltado metraje, y eso que no es corta. Las actuaciones solo se salvan por la siempre impecable Elvira Mínguez, que todo lo borda. Marta, que suele estar bien, no da el tipo de Amaia Salazar, aunque le pone ganas. Mi recomendación: lean el libro.