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Voto de luxio81:
10
8,3
94.102
Drama. Comedia
'Cinema Paradiso' es una historia de amor por el cine. Narra la historia de Salvatore, un niño de un pueblecito italiano en el que el único pasatiempo es ir al cine. Subyugado por las imágenes en movimiento, el chico cree ciegamente que el cine es magia; pero, un día, Alfredo, el operador, accede a enseñarle al pequeño los misterios y secretos que se ocultan detrás de una película. Salvatore va creciendo y llega el momento en el que ... [+]
28 de mayo de 2018
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas que son tan grandes que incluso intimida el hecho de escribir una crítica. ¿Qué voy a decir yo que no se haya dicho ya de esta película? ¿Alguien que ame el séptimo arte duda que esto es cine en estado puro y que está hecha por alguien que ama el cine sobre todas las cosas? ¿Quién duda que la partitura de Ennio Morricone es una de las más bellas que se han escrito en el cine, y que además de la gran sensibilidad con la que dirigió Tornatore, la mitad de las fibras que te toca la película son gracias a la BSO?
Cuando sobre una cinta se han escrito ya todos los elogios posibles lo único nuevo que puedo aportar es lo que significa Cinema Paradiso para mí, y lo que remueve en mí cada vez que la veo. Creo que todos a los que nos gusta esta película nos hemos sentido Salvatore (Totó) en mayor o menor medida, y hemos tenido a un Alfredo en nuestra vida, bien por esa persona que más nos ha influenciado, a la que cuando cuando consigues conocer de verdad no te quieres despegar, y a la que aspiras a parecerte, o bien por ser ese alguien que te ha enseñado a amar el cine desde que no levantabas dos palmos del suelo. En mi caso todas esas cosas las reunía la misma persona.
Para mí este film retrata como ninguno el poder que tiene la nostalgia, y su capacidad para actuar como un arma de doble filo. Gracias a la nostalgia podemos conservar nuestros mejores recuerdos, y eso esta bien, no debemos olvidar lo que nos hizo feliz, y sobre todo a quienes nos hicieron felices. Pero recrearnos excesivamente en ella puede ensalzar hasta tal punto esos recuerdos que no queremos movernos de allí, y no nos permite avanzar, porque pensamos que los mejores momentos son los que hemos vivido ya, en lugar de intentar que sean los que están por llegar. (Sigue en la Zona spoiler)
Cuando sobre una cinta se han escrito ya todos los elogios posibles lo único nuevo que puedo aportar es lo que significa Cinema Paradiso para mí, y lo que remueve en mí cada vez que la veo. Creo que todos a los que nos gusta esta película nos hemos sentido Salvatore (Totó) en mayor o menor medida, y hemos tenido a un Alfredo en nuestra vida, bien por esa persona que más nos ha influenciado, a la que cuando cuando consigues conocer de verdad no te quieres despegar, y a la que aspiras a parecerte, o bien por ser ese alguien que te ha enseñado a amar el cine desde que no levantabas dos palmos del suelo. En mi caso todas esas cosas las reunía la misma persona.
Para mí este film retrata como ninguno el poder que tiene la nostalgia, y su capacidad para actuar como un arma de doble filo. Gracias a la nostalgia podemos conservar nuestros mejores recuerdos, y eso esta bien, no debemos olvidar lo que nos hizo feliz, y sobre todo a quienes nos hicieron felices. Pero recrearnos excesivamente en ella puede ensalzar hasta tal punto esos recuerdos que no queremos movernos de allí, y no nos permite avanzar, porque pensamos que los mejores momentos son los que hemos vivido ya, en lugar de intentar que sean los que están por llegar. (Sigue en la Zona spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La nostalgia puede hacerte desandar lo andado, como esa prenda que intuimos que lleva tiempo tejiendo la madre de Salvatore, y que se desbarata en cuestión de segundos cuando vuelve Totó a casa después de 30 años. El protagonista se pasa tres décadas intentando mirar para otro lado, y de repente se encuentra en el mismo punto. Esa misma pena por la que se fue vuelve a invadirle, en gran parte por su amigo Alfredo, que ya no está, pero sobre todo por Elena, la que para Salvatore fue su única historia de amor, y a la que no ha podido sustituir. El reencuentro con Elena le sirve solo para constatar que pasado el tiempo, y aunque la llama siga, con hijos y demás de por medio ya es demasiado tarde.
Mención aparte merece la sublime escena final formada por aquellos besos perdidos de las viejas películas. El montaje de Tornatore, junto a la música de Morricone pone los vellos de punta como quizás ninguna otra escena de la historia del cine (al menos para mí). Todo esto coronado con esos ojos vidriosos de Salvatore (reacción real del actor recogida al ver la escena en ese momento por primera vez). Esas lágrimas producidas por esos besos de cine que Alfredo pudo salvar en una cajita, y quien sabe, quizás también por esos besos que el propio Salvatore se perdió y que a diferencia de los otros nadie podrá recuperar.
Es muy fácil la teoría, decir que no tenemos que dejarnos llevar por la nostalgia, pero quién no ha tenido a una Elena, o quién es capaz de disfrutar de igual forma una película después de perder a su Alfredo.
Mención aparte merece la sublime escena final formada por aquellos besos perdidos de las viejas películas. El montaje de Tornatore, junto a la música de Morricone pone los vellos de punta como quizás ninguna otra escena de la historia del cine (al menos para mí). Todo esto coronado con esos ojos vidriosos de Salvatore (reacción real del actor recogida al ver la escena en ese momento por primera vez). Esas lágrimas producidas por esos besos de cine que Alfredo pudo salvar en una cajita, y quien sabe, quizás también por esos besos que el propio Salvatore se perdió y que a diferencia de los otros nadie podrá recuperar.
Es muy fácil la teoría, decir que no tenemos que dejarnos llevar por la nostalgia, pero quién no ha tenido a una Elena, o quién es capaz de disfrutar de igual forma una película después de perder a su Alfredo.