Haz click aquí para copiar la URL
España España · Oviedo
Voto de Sícoles:
8
Drama Pese a no ser capaz de recuperarse de un drama personal, Yusuke Kafuku, actor y director de teatro, acepta montar la obra "Tío Vania" en un festival de Hiroshima. Allí, conoce a Misaki, una joven reservada que le han asignado como chófer. A medida que pasan los trayectos, la sinceridad creciente de sus conversaciones les obliga a enfrentarse a su pasado. (FILMAFFINITY)
27 de febrero de 2022
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
[No desvelo nada muy concreto, pero hay algún spoiler].

Tres horas de pausa absoluta, de reflexión no apta para cualquier persona, o más bien para cualquier circunstancia. Se requiere atención, curiosidad, para despejar a unos personajes hechos de capa, tras capa, tras capa. Crees que empiezas a entenderlos, y de repente un diálogo, un plano, lo cambia todo y vuelta a empezar.

En el núcleo, quizá, están dos historias paralelas. Un hombre, Yûsuke Kafuku, y una joven, Misaki Watari, que comparten sentimientos reprimidos, culpas moldeadas por años y años de silencio. Hace falta mucho valor para enfrentarse al sufrimiento; cuando se encuentra a la persona adecuada, hacerlo puede ser profundamente liberador.

Decía el profesor de La ruleta de la fortuna y la fantasía (2021) que conocerte a ti mismo y actuar conforme a lo que eres es el único camino posible para enamorarte de otra persona. Puede que aun así nunca ocurra. Y algunos te odiarán por ello, te odiarán sin ningún otro motivo. Pero si no eres fiel a tu ser, eliminarás esa única posibilidad. Algo parecido le dice Takatsuki a Kafuku entre lágrimas: debemos seguir los dictados de nuestro corazón, a pesar de los peligros de dejarse llevar por las emociones.

Una infidelidad en un matrimonio difícil; unión incompatible, de temperamentos opuestos, pero sustentada por el amor auténtico. E impulsos violentos, incluso criminales. Las relaciones humanas son complejas y exigen liberarse de prejuicios y moralismos. Solo así podremos llegar a entender qué es lo que verdaderamente mueve a las personas.

Con total valentía, Drive My Car conecta explícitamente con la sensibilidad de nuestros tiempos. La aceptación y el perdón llegan con el contacto humano. A partir de ahí, el cambio de perspectiva, la segunda oportunidad tras el aprendizaje.

Como los protagonistas a la noche de Hiroshima, alzo mi cigarrillo por los nuevos comienzos. Y por Hamaguchi, por las dos preciosas películas que nos ha regalado este año.
Sícoles
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow