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España España · Granada
Voto de Yasu:
8
Terror. Drama Cuando Minami es enviado a asesinar a su mentor, Ozaki, que está en medio de una crisis nerviosa, se embarca en una odisea de inexplicables fenómenos que comenzarán con la muerte de Ozaki y la posterior desaparición del cadáver, que lo llevará a conocer los personajes más extraordinarios y vivir las situaciones más sorprendentes... (FILMAFFINITY)
21 de mayo de 2017
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿No se parecen una barbaridad el protagonista de Gozu y un personaje de Gintama? Además, la banda yakuza de esta parece llamarse igual que la de aquella. ¿Tendrán algo que ver? Veremos.

Pues menudo viaje, ¿no? Encima hoy hacía un calor increíble. Aunque esta mañana hacia frío. El tiempo está loco. Pero qué calor, ¿eh? Pese al calor, la primera escena pasa a la velocidad de la luz: "qué divertida", pienso. "Qué japonesada". Entonces aparece en pantalla: "El gran teatro de horror yakuza". Teatro, ¿eh? Escenas sin sentido, divertidas, y que sean teatro. Veamos...

¿Qué es Fin de partida, de Samuel Beckett? En el canon literario se la considera una obra que forma parte del teatro del absurdo. En ella, personajes extraños se mueven, dicen cosas que parecen no tener sentido, realizan acciones extrañas, viven en un mundo desconocido, distinto al nuestro, y, en definitiva, no tiene ningún sentido.
No dice nada, y se regodea en la forma en la que lo consigue.

Pero ser preciso y breve es de sabios, así que, retrayéndome aún más frente a la obra de Miike, recuerdo las palabras del poeta peruano Martín Adán, que dice:

"Poesía no dice nada
Poesía se está callada
escuchando su propia voz."

Por tanto, ¿qué importa el sentido? Estas tres piezas de arte se regocijan en lo mismo: el simple vaivén; de las palabras, de la imagen, o de ambas cosas.

¿Y por qué esas imágenes en Gozu? Porque es un teatro de horror. Y esas imágenes inquietantes y, al fin y al cabo, grotescas y terroríficas, producirían la sensación de terror de la que habla el título. Pero recordemos que Miike no quiere decir nada. No quiere ni tan siquiera decir que una escena u otra debe de dar miedo. Para liberar su obra de cualquier sentido acude a la hipérbole. Utilizando imágenes hiperbólicas consigue dar la sensación de terror.

¿Y los yakuzas? Pues parece ser que este elemento es el único que se le escapa a Miike (y al surrealismo, y al vanguardismo en general, pues toda obra siempre dirá algo. Sus materiales, ya sean las letras, la cámara o la pintura, siempre ofrecerán un sentido o varios). Como digo, los yakuzas son el único elemento del que se puede tirar en Gozu. Pero antes de continuar, dejad que me refresque un poco, porque hace muchísimo calor.

Mediante la historia de yakuzas se dice algo. Miike pone todos los tropos de este cine y los subvierte, dando así, de nuevo, a la pura forma, pero también se puede concluir una crítica a los modelos imperantes del cine anterior. Esto lo vemos, por ejemplo, en la seriedad de las expresiones y de la forma de hablar de los personajes, que en realidad se muestran así ante situaciones de lo más mundanas o surrealistas; el regocijo por las escenas que no dicen nada, frente a las que tienen diálogos "serios" (e incluso estas son calmadas e impersonales; extrañas); también se ve esta vuelta de tuerca en el tratamiento de lo erótico en la película, extremado, donde deja de ser erótico y pasa al fetichismo más extravagante y, curiosamente, también tan asociado con Japón; la forma de hablar de la ritualística tradicional japonesa, en esa escena tan ridícula del intento de posesión espiritual; e incluso a la manera de entender el simbolismo:

"Quienes dan la leche son más puros que quienes la beben", leen dos personajes en forma de sutra. La leche es un elemento que aparece con frecuencia en toda la cinta. ¿Es, entonces, símbolo de la pureza, por su blancura? No puede ser, pues la mujer que "genera" la leche es uno de los personajes más estrafalarios y grotescos de la película. Además, aparece otra figura para volver a desmentirlo: el hombre con cabeza de vaca. Este ser, que aparece en un sueño, se asemeja a la figura del macho cabrío, de Satanás en la imaginería religiosa. ¿Es entonces el mal puro? ¿Es la pureza parte de lo diabólico? Las interpretaciones no parecen poder sustentarse, reforzando así la idea de l'art pour l'art, del nulo contenido, o lo que es lo mismo, de una pieza construida enteramente mediante forma y estructura.

Y estando dos horas frente a la pantalla, con esa música ambiente tan inquietante, con esas imágenes tan extrañas e incoherentes, dudando de si lo que ves es tan siquiera una película o un delirio, Miike sonríe, se quita las gotas de sudor que el apabullante calor le proporcionan en la cara, y te dice:

"¿Qué es lo que ves pasar pero no se mueve?

El tiempo."

Como la vida misma, da miedo, es confusa, inexplicable, y no va a ninguna parte.
Es una mímesis perfecta.
Yasu
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