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España España · Jerez de la frontera
Voto de DavidFilme:
7
Drama Narra la historia de un joven batería de una banda de música que comienza a perder la audición. (FILMAFFINITY)
26 de febrero de 2021
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Sound Of Metal" es un interesante y conmovedor drama independiente, sobre la capacidad auditiva, escrito y dirigido por Darius Marder y protagonizado por Riz Ahmed. El film comienza mostrando la vida bohemia y errabunda de un dúo de rock compuesto por Ruben (Riz Ahmed) y Lou (Olivia Cooke). Son un grupo sencillo, formado por la voz y guitarra de Lou, y por la batería de Ruben. Ambos, además, son pareja y llevan vida de carretera y manta, pero son felices. Cuando Ruben comienza a notar que todo a su alrededor pierde su sonido, y que está sufriendo una perdida de audición ya casi total, su mundo se viene abajo. A cualquiera en sus circunstancias le temblarían las piernas, pero Ruben tiene el hándicap añadido de que la música es su forma de vida y su sustento. Su dolencia implica dejarla y dar un giro aterrador a su vida. Todavía en un estado de ánimo muy lejano a la aceptación, y lleno de confusión, Ruben descubre una colonia para sordos donde puede aprender a valerse por sí mismo (lenguaje de signos, etc.) y a aceptar su situación. Ruben acepta quedarse un tiempo en la colonia, pero al coste de romper cualquier contacto con el exterior, incluida Lou. Tras este primer dilema, tendrá que hacer frente a unos cuantos más al darse cuenta, cada vez más a ciencia cierta, de su situación. Y es que sufrirá la tensión de decidirse a permanecer en un lugar donde se puede sentir aceptado o seguir su inextinguible instinto de volver al mundo, a algo parecido a su antigua vida.

Una de las características técnicas más interesante de la cinta es, el uso del sonido. Utiliza un ardid sencillo pero eficiente para que la película sea más inmersiva y comprendamos mejor el drama de Ruben. A veces escuchamos lo que cualquier persona sin sordera escucharía, a todo detalle, con un diseño de sonido cuidadísimo y puntilloso. Otras, sin embargo, Darius Marder nos hace escuchar lo que escucha Ruben. Es decir, absolutamente nada. Las escenas silentes nos resultan frustrantes, incluso opresivas, como si no entendiésemos nada de un mundo que sigue yendo a su propia velocidad. Cuando el sonido se recupera sentimos una sensación de alivio similar a quitarnos un enorme peso de encima. Es decir, que no hacen falta subrayados melodramáticos, gestos histriónicos o una tragedia de baratillo para comprender el dolor de Ruben. El hecho de que sea batería, (las escenas musicales tampoco son tantas) añade un elemento físico de rabia, como si aporreando la batería descargase su ira contra el mundo. Sin embargo, no es un estallido sin control, el director nunca sobrepasa las líneas de la condescendencia. Alcanza bien el equilibrio. Por lo tanto, no es una película que mire desde fuera al sufrido protagonista, regodeándose en el drama. Nos hace caminar junto a él, y sentir parte de su carga con un verismo y una naturaleza gratificante.

No obstante, más allá de ser una película de superación y de valerosa confrontación contra una dolencia física, tiene otros temas. Algo tan aparentemente sencillo como qué hacer con tu vida. Ruben siente la llamada de volver al mundo, de abandonar la colonia y tratar de luchar por su antigua vida. Incluso a costa de su salud. La evolución del personaje se muestra con naturalidad, pero no de una forma fácil u obvia. Hay momento en los que disfruta de felicidad y pertenencia, en otros se deja llevar por el abandono y la soledad, o sencillamente es alguien que más que lidiar con sus oídos, tendrá que hacerlo con su mente. No es fácil el dilema. ¿Qué hacer cuando aquello que da sentido a tu vida se te deniega irreversiblemente? No hay una respuesta realmente fácil, y la cinta no las ofrece, pero consigue que nos interesemos por el camino que tomará Ruben. Su rabia contenida y su frustración irán desapareciendo poco a poco, empezará a sentirse útil dentro de esa pequeña comunidad. Sin embargo, mientras el resto de personas que viven en esa colonia están convencidos en vivir con su sordera sin considerarse así mismos como discapacitados, él aún sigue tomándoselo como si fuera una etapa pasajera en su vida que debe superar para recuperar su vida anterior. Aún necesitará confrontar el mundo exterior para convencerse de que su vida ha cambiado.

Las actuaciones son notables, Riz Ahmed hace un trabajo descomunal, hay algo en su forma de mirar que transmite un estado de ánimo concreto con una facilidad asombrosa. Las miradas de dolor, de desconcierto, de miedo, conmueven sin grandes gesticulaciones. Transmite fielmente la odisea de un hombre que acaba de nacer a un mundo, donde la pérdida de audición ha trastocado todo asidero al que aferrarse. La presencia de Ahmed casi opaca la del resto del elenco, pero también hay buenos detalles donde fijarse. Olivia Cooke está genial, cumple correctamente en el papel de compañera sentimental y musical de Ruben. Particularmente en el tramo inicial donde su papel tiene relevancia dramática en todo aquello que tiene que ver con el sacrificio de separarse de Ruben, para que éste puede adentrarse en la colonia. En esta colonia tendrá un guía espiritual, Joe interpretado por Paul Raci, que encarna con la sobriedad necesaria al maestro veterano que trata de iniciar a un discípulo en el dominio de unas virtudes que, a partir de entonces, serán directrices para vivir. A destacar también la presencia de un veterano ilustre, el actor francés Mathieu Amalric, el cual se encarga de interpretar al padre de Lou y aporta una toque de distinción al film.

En definitiva, un interesante y conmovedor drama independiente, donde plasma terriblemente bien lo complicado que puede llegar a ser aceptar una discapacidad y tras ello adaptarse a ella, la sordera en este caso. Nos muestra aspectos que no habíamos tenido en cuenta en nuestra vida, en valorar los sentidos que tenemos, en como la adicción puede acabar con la vida de cualquiera en un instante, y cómo algunas relaciones pueden servir simplemente a un propósito a corto plazo, pero en última instancia deben dejarse ir.

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DavidFilme
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