Como una inevitable rememoranza a la anterior película animada "Cars" (2006), Disney ha optado por transparentar el evidente parecido entre ambas producciones haciendo gala de una suerte de nueva aventura preparada por los mismos creadores de las peripecias del 'Rayo McQuenn'. No obstante, la jugada sale poco airosa para la gran mayoría del público que podría irse bastante desilusionado de la falta de originalidad.

Con la vieja premisa del 'patito feo' y recopilando todas las moralejas que este tipo de películas suele dar, el director Klay Hall no hace gala de su master como experto en la saga de cortos y secuelas complementarias posteriores a "Cars" y prácticamente presenta lo mismo pero con alas. Todo esto es una lástima pues el film de menos de hora y media termina viéndose innecesario, predecible y con una mueca de humor moralista casi forzado.

Desde hace rato coincidimos en que la media estándar de las nuevas películas del género infantil se niveló hacia arriba al menos desde la irrupción de "Shrek" (2001) o antes con "Toy Story" (1995). Esto es, ya no basta que una cinta atraiga por su propuesta centrada en los más chicos, sino que además debe gustar o generar emociones agradables en los más grandes, de modo de hacer llevadera la trama y con ello adjudicarse merecidamente el rótulo de 'para todo público'. Es la evolución del cine infantil en uno realmente familiar.

Con todo lo anterior, "Aviones" es como ver una versión extendida de un programa infantil del cable, con todo lo bien hechos que estén pero que claramente es un modo de hacer películas que ya no basta para una masa de espectadores que busca algo más que finales predecibles o estereotipos de personajes de hace treinta años.

Se extraña quizás la emotividad de Pixar y el resultado de esta cinta deja ver la fragilidad en las decisiones al interior de Disney, optando por llegar a las salas con una película a todas luces débil y sin muchos apuntes que destacar fuera de la prolijidad técnica, que incluso ya es propia de los tiempos.

No cabe duda que verla en cartelera será una alternativa sana y liviana para los más pequeños que reirán con sus personajes y vibrarán con los giros de ese atractivo aparato volador que por naturaleza nos atrae al surcar los aires. Sin embargo, en el paladar del resto e incluso en el de los propios infantes, no durará más que el pop corn que se deja caer por entre los asientos.

Recomendación:
Una ingenua propuesta infantil, carente de atractivo para el resto del público.