Nacho Vigalondo dirige un tipo de cine que bien puedes encontrarlo ridículo u optas por ingresar en sus fantasías y abordarlas como si fueras en un tren que -aunque sin destino definido- puede amenizar y mantenerte entretenido durante gran parte del viaje.

Esto nos lleva a los propios protagonistas de “Colossal” (2016), Anne Hathaway y Jason Sudeikis, especialmente si nos enfocamos en el actor, cuyos desempeños son algo resistidos por la galería. En este sentido hay mucho de “lo quieres o lo detestas”, en otra analogía que le calza bien a este film. Una película entretenida, distinta, disparatada si se quiere pero que en su desfachatez resulta interesante incluso en momentos innecesarios y de desconcierto que exhibe para fruncir el ceño del espectador.

Como suele ocurrir, la sinopsis acá “mata” al argumento y su factor sorpresa. Esto puede llevar a perder casi media hora de película, así que lo ideal es aventurarse con solo ver el afiche y nada más. Ver de qué diablos se trata esta historia de Anne Hathaway parada frente a un monstruo de enormes proporciones.

Quizás las metáforas den para mucho, ya sea que generen análisis elaborados o que ayuden a descifrar el real objetivo de la película, o por otra parte podría pensarse que esta historia podía lograr mucho más, pero con todo lo anterior, “Colossal” tiene su adn propio, juega con la comedia, el suspenso y lo bizarro en dosis equivalentes para convencernos que -como la vida misma- (…) cualquier cosa podría pasar, y si pasa, no siempre tiene que gustarnos cómo sucede.

Recomendación:
Entretenida. Diferente. Independiente de sus formas, tiene una atractiva peculiaridad.

=Cité de Lord Buyinski= www.buyinski.wordpress.com