Brindando entretención pasajera y por qué no, algo desaprovechada, “Sahara” (2005) ofrece un momento donde las coherencias argumentales es mejor no cuestionarlas para sencillamente aceptar una invitación algo ingenua a ser parte de este viaje a parajes poco explorados.

Con una candidez casi de Disney y una historia con varios yerros poco verosímiles (muy en la onda de fantasía y aventuras), la belleza de los escenarios y el carisma de McConaughey más la química con Steve Zahn se imponen como puntos altos, sirviendo para equilibrar el saldo.

Fuera de la música muy fuera de tono, Penélope Cruz queda al debe; quizás si en el afiche su participación auguraba más, el humor entre la dupla masculina de protagonistas no encuentra eco en ella, como si podría haberlo hallado en Kate Hudson, una que tiene más fiato de comedia con Matthew McConaughey.

“Sahara” es demasiado blanca aunque juega a no serlo. Por eso se extrañó algo más de picardía, de humor en conjunto y no sólo de parte del elenco, de acompañamiento musical en esa línea. Por eso también se queda a medio camino de todo, teniendo más para lograr como cinta de aventuras, familiar o apuntar a un segmento más adulto con mayor oscuridad o sensualidad. Nos quedamos con un sucedáneo apenas.

Todo lo anterior como apuesta cinematográfica, porque sin dudas en la novela todos los vacíos pudieron quedar mejor sorteados.

Recomendación:
Regular. Medianamente aceptable pero a la vez llena de imperfecciones. Una farra.

=Cité de Lord Buyinski= www.buyinski.wordpress.com