Mi punto de vista sobre el cortometraje que acabo de visionar, recoge la fusión de dos fundamentales posturas de muchos filmaffiteros que han colgado su crítica acerca del corto. Y es que si por una lado, la película es un canto al arte, al surrealismo encuadrándose en el imágenes estéticas sugerentes, por otra parte, la película no me dice nada, no encuentro explicación a lo que sucede en ella, y me hago un lío con tantas imágenes inconexas y en principio absurdas.
Sin embargo, visualmente es esplendorosa, y aunque el apartado visual no sea precisamente un aspecto en el que haya que basar la nota, diré que cumple el propósito a mi entender de hipnotizar al espectador con sus imágenes. Dicho de otra forma, la película (corto, medio o documental) es como adentrarse a un museo. Se pueden observar distintas imágenes que encajan unas con las otras sugiriéndose una estética atrayente con logradas perspectivas, esbozándose también cierto toque cómico al final, y romántico en su intermedio, algo que resulta banal, ya que, únicamente es una filmación de imágenes sinsentido en el que el arte está bien enfocado, digamos que la película es arte en movimiento, sin buscarle tres pies al gato.
Así entendiendo el cortometraje desde eso punto de vista es todo un acierto, y creo que Buñuel y Dalí se embarcaron en una aventura arriesgada ya que podría, de hecho es lo que sucede, haber opiniones contrapuestas, en la que algunos consideran que el film en cuestión es una obra maestra, y otro que es un insólito bodrio lleno de sinsentidos. Yo por mi parte sin considerarla obra maestra (dado que el cine para mi es guión y te tiene que llegar, algo que no consigue Buñuel), creo que es un interesante producto recurrente por la manera en que está rodado, y recomendable por ser un trozo de arte, y porque supuso un hito en la historia del cine.