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España España · Ponferrada (Leon)
Voto de Antonio:
5
Drama Amsterdam, julio de 1942. Con objeto de escapar de la Gestapo, la familia Frank se esconde en la buhardilla del señor Krater. Allí convivirán con otro grupo de judíos: la familia Van Daan. Todo quedará reflejado en el diario de la pequeña hija de los Frank. (FILMAFFINITY)
26 de febrero de 2012
11 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía ganas de volver a ver la película El diario de Ana Frank, ese documento conmovedor de la niña judia de 13 años del cual guardaba un lejano recuerdo. La verdad es que me ha costado terminarla hasta el final después de casi tres horas interminables de metraje. Es una lástima que una historia tan estremecedora y angustiosa de supervivencia ante el holocausto nazi se quede en una resolución tan puramente plana y teatral que conduce a una evidente monotonía.

Sin duda, una historia así merecía otro tratamiento más sobrio y contenido en lugar de un estilo tan light y suavizado por el cine de Hollywood. No se respira el climax ni se siente el miedo y la ansiedad de esos personajes encerrados en un ático de Amsterdam durante dos años. Se intenta aligerar esa tensión con un romanticismo y un lirismo sentimental fuera de lugar. En mi caso, no llegó a conmoverme o impactarme como lo merecía.

Es digno de valorar el trabajo fotográfico y de ambientación en ese único y claustrofóbico espacio pero falta fluidez narrativa y capacidad de síntesis ante un metraje tan largo (sobra por lo menos media hora). Estos inconvenientes se hacen patentes al ser una adaptación de la propia obra de teatro y George Stevens es un director que, a veces, tendía a la pretenciosidad y artificiosidad como, por ejemplo, en Gigante también bastante descompensada.

Solo hay un par de momentos en donde se reparten una tarta entre los ocho supervivientes o esos problemas de racionamiento que están bien resueltos y percibes ese sufrimiento y estado de inanición. ¿Qué partido y riqueza hubieran sacado otros directores europeos a esta resistencia frente al horror de la persecución nazi?.

Millie Perkins no queda creíble como Ana Frank por un error de casting al hacerle interpretar un papel de 13 años cuando tenía 20 en la realidad y no daba el pego físico. El resto de personajes secundarios destacan más como Shelley Winters, ganadora de un Oscar, o ese dentista Ed Wynn, orgulloso y egoista que únicamente piensa en sí mismo.

Desde mi punto de vista, una versión demasiado manipuladora de los sentimientos que los subraya en exceso y que te distancia de una realidad tan injusta y cruel. Otro tratamiento más sutil y equilibrado con mayor angustia física y emocional, hubiera dado como resultado una película más recomendable en todos los sentidos.
Antonio
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