Al principio cuesta acostumbrarse al trazo. La serie denota un exagerado estilo pop moderno, muy al estilo de los dibujos de Joaquín Reyes. Una vez acostumbrado al trazo solo hay que dejarse llevar y disfrutar de la serie y de sus personajes. Las aventuras son arquetípicas, con princesas, monstruos, persecuciones etc, pero siempre bajo el humor. En realidad esconde crítica al comportamiento humano y a la sociedad en general. Nada que no hiciera nates Bob Esponja, pero esto es otra vuelta de tuerca. Desde luego no es una serie para niños pequeños, pero es muy recomendable para niños mayores. Hooooora de aventura llegóooo...