No es "Cars" uno de los mejores trabajos de Pixar, ni muchísimo menos. Y sin embargo ya vamos por la tercera entrega.
La primera era mediocre. En la segunda agregaron una trama de espionaje, carreras por el mundo y a Giacchino en la banda sonora. No era para tirar cohetes pero superaba a la original.
En esta tercera parte, volvemos de nuevo a carreras muy simples en circuitos que no son más que un óvalo. La historia se centra, una vez más, en la superación personal del protagonista, que se ha quedado un poco obsoleto para vencer a coches más modernos. Se introducen nuevos personajes, entre los que destaca la entrenadora Cruz.
"Mate" pasa a un merecido segundo plano. Este cargante personaje me sobra, y en la segunda prácticamente era el protagonista, así que me ha gustado que apenas salga aquí.
La película peca del mismo fallo que la primera, y es que tiene un ritmo demasiado irregular. Alterna secuencias divertidas (la mejor es el circuito de demolición, con el autobús escolar), con momentos muy aburridos (toda la parte de Smokey sobra, y el entrenamiento también es un poco pesado).
También echo en falta un poquito más de espectacularidad en las carreras importantes. Aquí se ha hecho un uso mucho mejor de la cámara, más dinámico, pero sigo sin entusiasmarme demasiado con estas competiciones. Será porque el mundo del motor no me interesa nada, quizás.
En cuanto al humor, tampoco es excesivamente gracioso cuando lo tiene, que es poco, siendo en general demasiado seria para ser una película de coches que hablan y orientada a toda la familia.
No sé, veo que tiene cierta falta de chispa, no como la mayoría de títulos de la compañía de la lamparita saltarina.
Le daría un 5 y medio, pero no se puede. Y espero que se quede aquí la cosa y aprovechen el tiempo y el trabajo en cosas mejores, que lo saben hacer de sobra como ya lo han demostrado en numerosas ocasiones.