Vuelve Harry el sucio con su revólver “Mágnum”, en esta ocasión para tratar de detener a un justiciero que está matando a delincuentes que han salido impunes de la justicia. Pero hay muy poco debate respecto al sistema legal en el que algunos criminales se van de rositas, tan solo una breve conversación cerca del final.
Esta vez no hay doblaje de Constantino Romero, y eso empaña un poco a Harry en su versión doblada, cosa que no quita que Eastwood siga estando perfecto en su papel.
Lo cierto es que el argumento no da de sí demasiado, así que hábilmente agregan algunas misiones más a la vida diaria de este policía (en un avión y en un supermercado), para darle un poquito más de empaque al film. También hay una escena de campeonato de tiro muy entretenida.
Sigue siendo una película policíaca muy convencional, del estilo de los años 70 y que si la hubieran hecho hoy en día nos podría saber a poco, sobre todo por la inmensa cantidad de series de televisión que hay en este género. Al mismo tiempo, es muy divertida y a pesar de durar dos horas no se hace larga.
Me ha gustado la secuencia de la persecución, muy bien montada y sobre todo con un gran trabajo de cámara. Esto lo hacen en la actualidad y no pararía de haber movimiento y no se vería nada en condiciones. Ya podrían aprender del cine de los 70.
Lo mejor de esta saga sigue siendo su protagonista, con su habitual chulería y carisma.
Más en “spoiler”.