Parece que Emma Watson se está preocupando de evitar que la llamemos Hermione. No sabría decir si es una gran actriz, pero por lo menos está haciendo trabajos variopintos que creo que conseguirán que la desencasillemos, que ya es hora, no como a su compañero de andanzas mágicas Rupert Grint, que está totalmente desaparecido.
Tom Hanks sale muy poco, y no se luce demasiado. Está por estar, así que espero que por lo menos haya bajado un poco su caché, porque aquí no le podemos llamar estrella precisamente. Es un caso claro de contratar a un actor famoso para poner su careto en el cartel del film y poder venderla mejor. Luego ves la película y compruebas que el tipo sale lo justo. Por lo menos no han puesto a John Boyega en el póster, que ese asoma todavía menos.
Otro actor que participa en la película es el recientemente desparecido Bill Paxton. Muchos espectadores no le conocerán por su nombre, pero muy pocas personas en el planeta no habrán visto alguna de las muchas películas en las que trabajó. Es una pena, porque además en este título hace muy bien de enfermo.
Bien, pues la historia es un thriller de las nuevas tecnologías. Esta vez nos llevan de la mano al interior de una poderosísima compañía informática que por sus pretensiones de destruir por completo el concepto de privacidad, me recuerda a cierta empresa cuyo nombre empieza por “G”. Lo malo es que esto no parece ciencia ficción, sino una posibilidad absolutamente real que podría llevarse a cabo en un futuro muy cercano. El film no es más que un toque de atención a la sociedad de la información en la que vivimos, en la que nada importa si no es compartido, vigilado y grabado. Curiosamente, toda esta transgresión del derecho a la intimidad que nos puede parecer tan poco ética vista desde lo que se nos muestra en la película, somos nosotros mismos los primeros que nos la cargamos poniéndolo todo en las redes sociales. Así que, más que ciencia ficción, es un thriller puro y duro, al que Danny Elfman adorna musicalmente con piezas de sintetizador que me han recordado mucho a la banda sonora de “Tron”.
Al mismo tiempo, los trabajadores del círculo están tan endiosados con sus logros y tan moralmente ciegos ante lo que hacen, que por momentos parece una auténtica secta, lo que incrementa el interés por ver cómo terminará la historia.
Es una versión modernizada de “Conspiración en la red” (en la que Tim Robbins actuaba mucho más y mejor que Hanks aquí), adaptada a un mundo (el tecnológico) que en pocos años evoluciona una barbaridad. La verdad es que, del mundo de la informática actual, prefiero thrillers como este (aunque no sea excesivamente potente y te tengan que fascinar mucho los ordenadores e internet para que realmente te guste), antes que horribles y aburridísimos “biopics” como los que han hecho de Steve Jobs.