Como “Battlestar Galactica” era excelente y tuvo éxito, los productores quisieron seguir exprimiendo a una gallina de los huevos de oro que no daba ya para más, y el único camino era hacer una precuela.
Básicamente, los grandes fallos de “Caprica” son dos.
El primero es nacer a la sombra de otra gran serie, y por necesidades argumentales no podía ser igual. Querían contarnos los orígenes de los “cylon”, y había que irse, con personajes y contexto nuevos, al mundo de la inteligencia artificial y de la robótica, en tierra firme y sin batallas espaciales. Esto tenía que ser así de cualquier forma, así que ya de base, esta serie siempre iba a salir perdiendo en la comparación con la otra, fuera como fuera. Es que es casi imposible valorarla sin acordarse de su serie madre, y claro, solo por eso ya pierde puntos.
Y su segundo fallo es que se nota en todo momento que tenían intenciones de hacer una serie larga de varias temporadas, y que no tenían suficientes ideas para hacerla fluida. De esta forma, les quedó una serie de las lentas cual desfile de cojos, en las que costaba trabajo engancharse y mantener el interés, aun a sabiendas de que, tarde o temprano, las cosas se tenían que poner mucho más interesantes para enlazar con lo que ya conocíamos.
Con todo, la serie no está mal del todo si la consideramos de manera independiente (cosa difícil), y los actores están bien, como Eric Stoltz y la bellísima Alessandra Torresani. El hecho de que sea una serie muy distinta no tiene que implicar que sea necesariamente mala. Simplemente, se queda a medio gas y nos deja con ganas de más, como tantas y tantas series del montón.