Películas como esta son necesarias, para recordar o directamente aprender sobre una época muy reciente de la Historia de nuestro país. No es bueno que nos olvidemos de la España que vivieron nuestros padres y abuelos.
Además, así sabemos de la vida de este anarquista, del cual yo personalmente no tenía ni idea antes de ver la película. Lo bueno es que, a diferencia de otras parecidas que tratan la transición o los últimos años del franquismo, no es solo un mero documental, sino que como película está bien hecha y contada desde el punto de vista humano.
Daniel Brühl ya apuntaba aquí maneras siendo muy joven, y al final ha terminado como uno de nuestros muchos actores que trabajan a nivel internacional. También está muy bien la actuación de Leonor Watling, aunque salga poco.
La primera mitad del film está narrada con voz en off, música y un buen ritmo, que me recuerdan al mejor cine de mafia americano. Incluye además una buena ambientación en los años 70, con toda su puesta en escena.
En la segunda parte, todo es más calmado, centrándose en la injusta situación de una persona que tuvo que vivir antes de la democracia. Aunque tal y como nos lo plantean no podemos decir que fuera inocente del todo, nos recuerda la polémica y el sufrimiento de la pena de muerte (no es “spoiler” porque hasta la sinopsis de “filmaffinity” lo dice).
Para ser larga, es bastante amena. El resultado final es una película recomendable para pensar un poquito en cómo vivimos ahora y cómo estaba nuestro país no hace tanto tiempo atrás.