En la tercera parte de Harry, hay cambios muy importantes.
Nos cambian al director, y eso se nota muchísimo en el estilo de filmación y el tono general de la película. Ahora la cámara se mueve más, la iluminación y el color de la imagen es mucho más oscuro y con una textura diferente, y no faltan buenos "travelling" y movimientos de cámara espectaculares gracias al buen hacer de Alfonso Cuarón.
El argumento cambia un poco la estructura de los dos primeros, aunque esto se debe al libro original, ya que la adaptación sigue siendo más que aceptable. Aquí cambiamos de enemigo, no hay un objeto o enigma a descubrir (salvo evitar a Sirius Black), y sobre todo se ha incluido mucho más humor. Es algo extraño, pues al mismo tiempo que la historia es mucho más siniestra, han sabido integrar multitud de bromas y chistes. Curiosamente, la mezcla funciona. El humor es del que o hace gracia o deja indiferente, pero sin causar vergüenza ajena que empeore el film.
Los actores están como pez en el agua. Se nota que disfrutan de participar en esta estupenda saga y eso se refleja en su actuación.
Nos cambian al fallecido Richard Harris por Michael Gambon, pero con su caracterización y el uso de la misma voz de doblaje en español, no choca demasiado.
Tenemos dos nuevos secundarios de lujo, que son Emma Thompson y Gary Oldman, del cual lo único que no me gusta es que apenas salga en sucesivas partes.
Me gusta mucho la parte del "giratiempo". Todo lo que tenga que ver con viajes en el tiempo y coordinación de escenas siempre me ha llamado mucho la atención.
Y lo que menos me gusta es la infografía del licántropo. No me parece demasiado convincente cómo han hecho al bicho.
Tampoco me cuadra el árbol boxeador. En la de la cámara secreta no estaba plantado en ese lugar, aunque si puede mover las ramas también podrá mover las raíces, digo yo.
Nos encontramos ante una de las mejores partes, si es que no es la mejor de todas las de Harry Potter.