Smith, lo siento por ti, pero has metido la pata a base de bien. Creo que te has tomado o fumado algo de lo que vendían tus personajes “Jay y Bob el silencioso”, para perpetrar este bodrio de proporciones épicas.
Un director especializado en algo no se debe de salir del tiesto de forma tan radical. Lo cierto es que, cuando Kevin Smith se ha alejado de sus comedias bizarras y políticamente incorrectas, no suele salirle bien la cosa. La excepción es “Red state”, pero no sé qué demonios quería hacer con esta película surrealista.
Su principal defecto es su falta de definición. No queda claro si es una comedia muy negra, un thriller gore con toques de humor, o una mezcla de ambas cosas que desde luego no ha resultado nada bien.
Normalmente, cuando una supuesta historia de terror introduce el humor con calzador, el resultado suelen ser excrementos vomitivos del tipo de “Arrástrame al infierno” o las versiones más actuales de “La matanza de Texas”. No sé cuando se van a enterar de que estos géneros yuxtapuestos nunca casan bien. Pues Kevin Smith ha rizado el rizo, porque la combinación de su estilo de humor con esta historia ha dado lugar a una de las peores películas que he visto en lo que llevamos de año.
El “modus operandi” y la obsesión del malo es la cosa más ridícula, absurda, surrealista y estúpida que se haya podido ver en el amplio mundo de los asesinos en serie.
Otra cosa que me ha parecido curiosa es el estilo narrativo del film. Noto una grandísima influencia, por no decir plagio, de la forma de contar las cosas del gran Quentin Tarantino. Esto ya lo noté en “Red state”, pero no me pareció mal.
Sin embargo, aquí se aprecia descaradamente que el director se cree que por emular al director de “Django desencadenado” en sus diálogos y estética, la película ya va a ser buena. ¡Pues no! Los personajes esperpénticos y las frases que suben el pan no sirven de nada aquí cuando el clímax de la historia es todo el tema de la puñetera morsa. ¡Es absolutamente lamentable!
Curiosamente, al igual que es costumbre en Tarantino, Smith rescata a un actor olvidado de éxito en el pasado, como es el ahora obeso Haley Joel Osment, cuya presencia tampoco sirve para nada en una película tan mala.
Por cierto, al principio dicen “Basada en hechos reales”. ¿Alguien se lo cree?
PD: Al copiar y pegar la crítica, ahora leo en la ficha que el detective es Johnny Depp. Este actor está empezando a caer muy bajo.