Esta moderna adaptación del famoso anime es brutal en la ambientación. Cambia la historia principal pero calca de manera fidedigna el universo y los personajes del original. Los efectos especiales son potentes y la película es un espectáculo visual que combina muy bien con esa música onírica, como ya lo hacía el anime. Da la sensación (sobre todo en el primer tercio) de que todo es tan vistoso y bonito que me da igual lo que me estén contando. Más adelante pierde un poco fuerza porque en el tramo central todo se estanca un poco.
El diseño de la ciudad no deja inevitablemente de recordar a “Blade runner”, aunque eso ya lo hacía también el anime.
En el argumento no es tan fiel. Han simplificado bastante la profundidad filosófica que había, pero que para mi gusto era bastante pesada (tanto en las películas como en la serie de animación).
Aquí todo es más sencillo, pero también hay lugar para lo que siempre aparece en la ciencia ficción de robots: el eterno dilema de dónde reside nuestra humanidad y de hasta qué punto podemos jugar con la tecnología.
Hereda también del anime algo de su falta de ritmo, compensada aquí por la vistosidad del diseño de producción en imagen real. Pero como digo, el tramo central flojea. Sigo quedándome con las ganas de que tuviera más acción, que aunque las escenas que tiene son realmente buenas, se me antojan cortas y escasas.
Johansson es una gran heroína de acción, y por suerte para ella y para todos, no ha dejado de ser buena actriz y hacer otras cosas que no la encasillen, aunque en películas como esta no pueda lucirse. Da igual que tenga su humanidad intacta, aquí no deja de ser una soldado robótica que no dará pie a que Scarlett gane el Óscar por algo así.
Respecto a la polémica, me da exactamente igual que la protagonista se llame Motoko pero que no sea japonesa. ¿Qué le vamos a hacer? De alguna manera tendrán que hacer más comercial esta adaptación, y la verdad es que quitando que no tenga los ojos de asiática, el aspecto de Scarlett encaja como anillo al dedo en el personaje de la mayor. Aunque también es cierto que no solo su cuerpo es biónico (una pena, porque podemos verla desnuda, pero no como nos gustaría), sino también su cara, con lo cual ya tienen la excusa montada perfectamente. ¿Qué importa entonces eso si la película no está nada mal?
Como anécdota, podemos ver en un papel muy secundario al malo de “El cuervo” y “Robin Hood, príncipe de los ladrones”. Este actor (Michael Wincott) es un malo genial, pero aquí sale tan poco que no aparece ni en los créditos. A ver si se deja ver un poco más este narigudo intérprete.