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España España · Córdoba
Voto de i42poloj:
7
Thriller. Acción Harry Callahan (Clint Eastwood) es un duro policía que se ha criado en la calles de San Francisco. Sus compañeros le llaman Harry el Sucio por sus particulares métodos de lucha contra el crimen y porque siempre se encarga de los trabajos más desagradables. Cuando un francotirador que se hace llamar 'Scorpio' asesina a una mujer desde una azotea y promete matar a más personas si la ciudad no le paga 100.000 dólares, el inspector Callahan ... [+]
4 de mayo de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda, la saga de Harry Callahan supone el segundo gran paradigma en la extensísima carrera de Clint Eastwood, después de las del oeste del pistolero sin nombre.
Verla varias décadas después puede hacer que parezca un poquito descafeinada en cuanto a acción, violencia y trama, pero eso no le quita mérito. Hay que valorarla en su contexto de ser de principios de los 70, cuando no todo estaba tan explotado como ahora.
Su argumento es extremadamente sencillo, aunque tiene algunos momentos memorables, pero lo más importante de todo es su personaje principal, perfectamente encarnado por Clint. Con su revólver “Mágnum”, su chulería y sobre todo con sus frases ocurrentes, Harry es todo un hito en el género de policías, y creó escuela en los 70.
La voz de doblaje del genial Constantino Romero le da todavía más personalidad a este inspector de policía.
Es un film pionero, en el que el tópico de los polis duros que pasan de las reglas o el psicópata que juega con los agentes y usa las leyes a su favor, se convierten aquí en todo un referente para todo lo que vino después. Creó escuela y en ella se han basado muchos films posteriores.
El malo está completamente ido de la olla y es así porque sí, sin que tengan que explicarnos sus motivos, ni falta que hace. Su personaje convierte el escenario de San Francisco en una ciudad completamente opresiva en la que se puede morir solo por cruzarse en el camino de un demente como este.
Está muy bien hecha la escena del autobús, en cuanto a montaje y realización, y es la guinda del pastel de esta persecución continua.
Lalo Schifrin aporta una banda sonora muy caótica y poco pegadiza (no hay quien pueda tararearla), pero que es también muy representativa del cine de los 70.
Es una película muy entretenida y que sigue siéndolo hoy en día, mucho más que otras del género, y como digo, todo ello se lo debemos al gran Clint.
Curiosidad: En los años 70 ya había que tragarse horribles laísmos en el doblaje español (“La pegué a ella”). He aquí un mal uso del pronombre que solo estaría bien empleado si “pegar” se refiriera a usar pegamento y no a golpear (porque si es complemento indirecto siempre es “le”). Me chirría muchísimo al oído, pero bueno, es lo que hay.
i42poloj
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