Trata de las confrontaciones en Irlanda del Norte entre los manifestantes por los derechos civiles y el ejército británico. En un tristemente famoso domingo de 1972, la cosa se puso violenta llegando a haber varios fallecidos entre los manifestantes.
La película está realizada con estilo de reportaje, tal y como se vería si un reportero con cámara al hombro se hubiera metido en el meollo de los acontecimientos. Esto aporta un gran realismo al film, aunque por otro lado descoloca un poco porque da la sensación de ser de serie B sin serlo.
Se centra más en mostrarnos el contexto social y las motivaciones de los personajes que en la violencia en sí. Es casi como un documental con actores.
El ritmo, por tanto, llega a flojear tanto en la parte inicial como en la final. Queda el resultado como una película muy bien filmada, con trasfondo histórico y social, pero que al estar a medio camino entre el cine y el documental no me termina de convencer del todo.