Para muchos, la llegada de la siguiente película de Marvel parece como la segunda venida de Jesucristo.

Legiones de “marvelitas” y de críticos profesionales (sobornados o no, que nunca lo sabremos) por todo el mundo, se deshacen en halagos y elogios, como si cada película de la casa de las ideas fuera siempre mejor que todas las anteriores y un acontecimiento descomunal.

Creo que con “Shang Chi” se han pasado muchísimo. Sinceramente, la veo del montón, una más de transición entre la apoteosis vengadora y lo que esté por venir, presentando un nuevo personaje que hasta ahora no lo conocían ni en su casa a la hora de comer, y que no me llama mucho la atención.

Aparte de las escenas de pelea, que, para variar, son bastante pocas y están dispersas en un metraje excesivamente largo (también para variar), me resulta algo mediocre.

A su favor:

- Lo dicho, tiene muy buenas peleas. La coreografía es espectacular, y utilizan el entorno de forma muy similar a lo que hacía el mejor Jackie Chan (sin tanto humor), más que lo que podamos recordar del mítico Bruce Lee, que sin duda inspiró a este héroe tan desconocido.

- No se pasan con la comedia tonta. La hay, eso ya lo tenemos asumido y es inevitable, pero no es excesivo y no llega a dar tanta vergüenza ajena o a molestar como para estropear la película (aprende, James Gunn).

- Las referencias y “cameos” del “UCM” están bien. Los más apasionados fans alucinarán con la escena entre créditos para sus especulaciones sobre el futuro. Personalmente, como no leo cómics, no es algo que me quite el sueño, pero siempre son graciosos estos guiños y huevos de pascua del universo marvelita.

- En general es una película que se deja ver. Tiene un estilo muy chino (cosa que no me desagrada) de principio a fin, que quizás mucha gente lo vea como algo muy original para Marvel. No creo que lo sea, porque películas como esta hay muchas, pero sí que es la primera en esta productora. A los que la alaban ¿les gustó tanto “La gran muralla”, “Raya y el último dragón” o incluso la “Mulán” de imagen real. Porque la verdad es que no les veo demasiada diferencia.

En su contra:

- Morris y el personaje de Ben Kingsley. Vemos al calvo actor luciendo una ridícula melena y haciendo ciertas payasadas (por suerte algo contenidas) con su estúpida mascota. Me sobra su aparición. Es una pena ver como algunos actores como este, dilapidan su prestigio por el dinero.

- Aunque los efectos especiales son buenos, como no puede ser de otra forma con tanta pasta, en determinados planos del autobús o de la escena del andamio que recuerda a “Hora punta 2”, ¡se nota demasiado el ordenador! Esto es algo que no es de recibo viniendo de Marvel. ¿Recorte presupuestario por la crisis de la pandemia quizás?

- El tramo central en el reino de fantasía ese (no me atrevo a recordar su nombre) es lento e incluso aburrido. ¿En qué parte de los contratos de las grandes superproducciones pone que todas estas películas tengan que superar siempre las dos horas? ¿Para qué hacerla tan larga si se cargan brutalmente el ritmo? A esa parte (y por tanto a todo el film) le sobran como mínimo 20 minutos. Y tampoco es que me resulte impresionante, a estas alturas, tal mundo mágico, habiendo visto ya tanto cine. No impacta, la verdad.

- El guion y los personajes son bastante flojos. Si tuviera más acción, me daría igual. Pero como luego tiene tanta paja que no me da ni frío ni calor, creo que pierde puntos por eso.

Pues eso, no es para echar cohetes ni una nueva revolución superheroica. Para verla 1 o 2 veces sin mucho entusiasmo, y eso sí, pasarlo muy bien con sus relativamente escasas secuencias de acción tan buenas.

En fin, las próximas son la tercera de “Spider-man” y “Eternals”. Esperemos que sean mejores que esta, aunque la promoción ya se encargará de decir eso mismo cuando salgan, esas y todas las que vengan después, sea cierto o no.