Esta película tiene muchos personajes, pero siempre será la que nos dio a conocer a "Malamadre" (Luis Tosar). Este duro preso rapado es el eje en el que gira toda la historia, pues su fuerte personalidad y sus frases lapidarias llenas de palabrotas y de perlas de sabiduría es lo que todo el mundo recuerda. Más que el motín y más que el supuesto protagonista Alberto Ammann, "Malamadre" es el rey de la cárcel.
Curiosamente nunca se nos cuenta lo que hizo para entrar en prisión ni por qué le llaman así, pero eso es lo de menos. Luis Tosar entra de lleno en la cumbre de los mejores actores patrios bordando este papel.
Pero la cosa no queda ahí. Es una de las pocas películas (o la única) sobre cárceles que se centra exclusivamente en un motín y todos los follones que se crean alrededor.
El hecho de que haya un funcionario infiltrado entre los presos (cosa que no es spoiler pues ocurre muy al principio) es la guinda del pastel.
La tensión se masca en el ambiente durante toda la película. Hay situaciones muy fuertes con la negociación, los presos etarras, los reclusos más violentos que campan a sus anchas, y mucho más.
Daniel Monzón da muy buen ejemplo. El que antaño fuera crítico de cine, ha sabido hacer las cosas muy bien creando una de las mejores cintas (queda obsoleto usar esa palabra pero es por no repetirme) de los últimos años en España.
Y como buen thriller, no es predecible. Nunca imaginamos lo que va a pasar a continuación.
Es por tanto un título muy divertido, al tiempo que bien hecho e interpretado. No tiene nada que envidiarle a una producción de Hollywood.
Ni siquiera el pesado de Antonio Resines puede estropear el gran resultado final.