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Voto de i42poloj:
7
6,6
38.544
Fantástico. Drama
Tras la separación de sus padres, Connor (Lewis MacDougall), un chico de 12 años, tendrá que ocuparse de llevar las riendas de la casa, pues su madre (Felicity Jones) está enferma de cáncer. Así las cosas, el niño intentará superar sus miedos y fobias con la ayuda de un monstruo (Liam Neeson), pero sus fantasías tendrán que enfrentarse no sólo con la realidad, sino con su fría y calculadora abuela (Sigourney Weaver). Con este nuevo ... [+]
13 de octubre de 2016
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Juan Antonio Bayona dirige muy bien, y aquí lo vuelve a demostrar. Le noto ciertas influencias de Steven Spielberg (es clarísimo el guiño en la frase “estaré aquí mismo”). Bayona sabe lo que hace y con su buen hacer y solo 3 películas ya tiene su hueco en la historia del cine español y también en Hollywood. Además, al igual que Alejandro Amenábar y grandes cineastas americanos como el mismísimo Kubrick, cada película que hace no tiene nada que ver con las demás.
Los actores están tremendos, especialmente el chico y Sigourney Weaver. Vuelve a aparecer Geraldine Chaplin, que no acabo de entender cómo esta mujer tiene tanta relación con el cine español de calidad de los últimos años, pero me parece muy bien que podamos ver (aunque sea poco) a la actriz de la mítica “Doctor Zhivago”.
A Liam Neeson lo podemos ver en un peculiar “cameo”. Echo de menos su voz de doblaje habitual, aunque en esta película eso no importa demasiado ya que no vemos realmente al actor.
En cuanto a Felicity Jones, solo por el hecho de estar en esta película y en otros dos grandes proyectos de este año (“Inferno” y “Rogue one”), seguro que la vemos despegar como un cohete y hacer películas como churros. Pero no se limita a estar, sino que hace un gran trabajo como madre del protagonista.
Del argumento es mejor no desvelar nada, pero sí que se guarda más de un as en la manga y trata (aunque en mi caso apenas lo ha conseguido) de sorprender con varios giros (ver sección “spoiler”).
La fotografía es grandiosa. Me han llamado mucho la atención los primerísimos planos del lápiz dibujando. No se aprecia lo que dibuja, pero consigue transmitir la importancia que tiene el dibujo para el chico como válvula de escape mental, representado en el lápiz ocupando toda la pantalla, como si no hubiera mundo más allá de la punta de grafito, mostrando así el aislamiento psicológico del protagonista. Me encantan estas metáforas visuales, propias de solo unos pocos directores muy grandes.
La música de Fernando Velásquez es sutil. Encaja bien con el film, aunque no sea de las que uno salga tarareándola del cine.
Las historias que cuenta el monstruo no son gran cosa a pesar de sus moralejas, pero están representadas con una animación y diseño que semeja las acuarelas, y aunque no quede especialmente bonito para la vista, al menos es original.
Sin desvelar nada, el tramo final es una auténtica montaña rusa de emociones, no porque sea una película espectacular en lo visual y sonoro, sino porque realmente transmite sentimientos, y de una manera bastante intensa, sinceramente.
El drama es absorbente incluso cuando se hace el silencio, y llega a convertirse en una película muy distinta de lo que parecía cuando comienza, y afortunadamente a mejor.
La película es bastante buena y triunfará, pero debo decir que las otras dos películas de Bayona me gustaron bastante más que esta.
Por último, tengo que quejarme de la cansina, machacona, repetitiva y exageradísima campaña publicitaria que hace Mediaset con sus producciones. Meten la película hasta en la sopa, y lo entiendo, pero exageran demasiado sus virtudes y en ocasiones me da la sensación de que tratan de venderla como lo que no es. Por lo menos, la distancia entre el bombo que le da Mediaset y la verdadera calidad de la película no ha resultado esta vez tan extrema como pasó con el decepcionante fiasco de “Regresión”.
En realidad he evitado en la medida de lo posible el bombardeo mediático, pero sospecho (y lo he comprobado “in situ” el mismo cine), que muchos padres han llevado a sus hijos a ver una cosa que dista muchísimo de ser una película infantil, ni siquiera fantástica o familiar. No me parece justo que una película (o ningún producto) se venda como algo que no es. Y “Un monstruo viene a verme” es un drama profundo no apto para espectadores de lágrima fácil.
Los actores están tremendos, especialmente el chico y Sigourney Weaver. Vuelve a aparecer Geraldine Chaplin, que no acabo de entender cómo esta mujer tiene tanta relación con el cine español de calidad de los últimos años, pero me parece muy bien que podamos ver (aunque sea poco) a la actriz de la mítica “Doctor Zhivago”.
A Liam Neeson lo podemos ver en un peculiar “cameo”. Echo de menos su voz de doblaje habitual, aunque en esta película eso no importa demasiado ya que no vemos realmente al actor.
En cuanto a Felicity Jones, solo por el hecho de estar en esta película y en otros dos grandes proyectos de este año (“Inferno” y “Rogue one”), seguro que la vemos despegar como un cohete y hacer películas como churros. Pero no se limita a estar, sino que hace un gran trabajo como madre del protagonista.
Del argumento es mejor no desvelar nada, pero sí que se guarda más de un as en la manga y trata (aunque en mi caso apenas lo ha conseguido) de sorprender con varios giros (ver sección “spoiler”).
La fotografía es grandiosa. Me han llamado mucho la atención los primerísimos planos del lápiz dibujando. No se aprecia lo que dibuja, pero consigue transmitir la importancia que tiene el dibujo para el chico como válvula de escape mental, representado en el lápiz ocupando toda la pantalla, como si no hubiera mundo más allá de la punta de grafito, mostrando así el aislamiento psicológico del protagonista. Me encantan estas metáforas visuales, propias de solo unos pocos directores muy grandes.
La música de Fernando Velásquez es sutil. Encaja bien con el film, aunque no sea de las que uno salga tarareándola del cine.
Las historias que cuenta el monstruo no son gran cosa a pesar de sus moralejas, pero están representadas con una animación y diseño que semeja las acuarelas, y aunque no quede especialmente bonito para la vista, al menos es original.
Sin desvelar nada, el tramo final es una auténtica montaña rusa de emociones, no porque sea una película espectacular en lo visual y sonoro, sino porque realmente transmite sentimientos, y de una manera bastante intensa, sinceramente.
El drama es absorbente incluso cuando se hace el silencio, y llega a convertirse en una película muy distinta de lo que parecía cuando comienza, y afortunadamente a mejor.
La película es bastante buena y triunfará, pero debo decir que las otras dos películas de Bayona me gustaron bastante más que esta.
Por último, tengo que quejarme de la cansina, machacona, repetitiva y exageradísima campaña publicitaria que hace Mediaset con sus producciones. Meten la película hasta en la sopa, y lo entiendo, pero exageran demasiado sus virtudes y en ocasiones me da la sensación de que tratan de venderla como lo que no es. Por lo menos, la distancia entre el bombo que le da Mediaset y la verdadera calidad de la película no ha resultado esta vez tan extrema como pasó con el decepcionante fiasco de “Regresión”.
En realidad he evitado en la medida de lo posible el bombardeo mediático, pero sospecho (y lo he comprobado “in situ” el mismo cine), que muchos padres han llevado a sus hijos a ver una cosa que dista muchísimo de ser una película infantil, ni siquiera fantástica o familiar. No me parece justo que una película (o ningún producto) se venda como algo que no es. Y “Un monstruo viene a verme” es un drama profundo no apto para espectadores de lágrima fácil.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Bien, no quiero ir de listillo ni mucho menos, pero Bayona no me ha pillado. Vale, ya sé que la película no pretende ser un “sexto sentido”, pero sí que juega un poquito con lo que pasa y con lo que parece que pasa, que no es lo mismo. Sin embargo, nada más que los niños nombraran a la madre “calva”, se me ocurrió que tenía cáncer (y más claro me quedó luego, al verla con el pelo tan corto) y que el monstruo iba a ser una pura invención del niño para sobrevivir psicológicamente a la inminente muerte de la madre.
De todas formas, saber lo que está pasando en realidad, no desmerece en nada al film, gracias a su emotivo final, que, sin caer en el sentimentalismo barato, logra que en las salas de cine la gente esté llorando a moco tendido. Algo bueno tiene que tener si consigue tocar la fibra sensible de muchas personas. La despedida de la madre es absolutamente tristísima, pero da sentido a todo lo que ha pasado, pues el proceso iniciático que vive el niño con su monstruo (que no es más que una parte de su propia conciencia), le sirve para prepararse para ese trágico e inevitable final.
Eso sí, aunque sea buena y parezca que cuenta algo muy innovador, no es así. En no pocos momentos me ha recordado muchísimo a “El laberinto del fauno” (otra superproducción patria), en el sentido de ser una falsa historia fantástica elaborada por la mente de un niño para escapar de una vida un tanto terrible. Pero, por supuesto, la de Bayona termina siendo bastante mejor que la de Guillermo del Toro.
De todas formas, saber lo que está pasando en realidad, no desmerece en nada al film, gracias a su emotivo final, que, sin caer en el sentimentalismo barato, logra que en las salas de cine la gente esté llorando a moco tendido. Algo bueno tiene que tener si consigue tocar la fibra sensible de muchas personas. La despedida de la madre es absolutamente tristísima, pero da sentido a todo lo que ha pasado, pues el proceso iniciático que vive el niño con su monstruo (que no es más que una parte de su propia conciencia), le sirve para prepararse para ese trágico e inevitable final.
Eso sí, aunque sea buena y parezca que cuenta algo muy innovador, no es así. En no pocos momentos me ha recordado muchísimo a “El laberinto del fauno” (otra superproducción patria), en el sentido de ser una falsa historia fantástica elaborada por la mente de un niño para escapar de una vida un tanto terrible. Pero, por supuesto, la de Bayona termina siendo bastante mejor que la de Guillermo del Toro.