Parece que la serie inspirada en el universo de Stephen King, y que no adapta ninguna obra en concreto, va a continuar con temporadas independientes, al igual que "American horror story" y otras, con tan solo el pueblo en común.
Pues bien, en esta segunda entrega han decidido hacer algo bastante interesante: hacer una precuela de "Misery". En la genial novela y película tan solo conocíamos unas pinceladas de la enfermera psicópata a través de los recortes de periódico que encuentra Paul Sheldon. Es decir, en el fondo el personaje es casi un libro en blanco con todo lo anterior a lo que sucedía en su cabaña en la nieve.
La que recibe el peso de emular a la grandiosa Kathy Bates es Lizzy Caplan. Obviamente, con un personaje tan interesante en lo que a actuación se refiere, y que Bates bordó hasta el punto de tener siempre esa sombra (algo parecido a Anthony Hopkins con Hannibal Lecter), Caplan no llega a hacerlo tan bien, pero sale bastante airosa.
Y aunque la serie no sea, como digo, adaptación de nada de Stephen King, su estilo y espíritu están ahí. Han hecho algo muy habitual en la obra del famoso escritor. Se trata de hacer guiños y referencias de otras novelas. En este caso, no hace falta ser un fan destacado para verlo. ¡Podemos ver a Tim Robbins de nuevo en la prisión de Shawshank! Casi nada. Solo la presencia del actor, que sale menos de lo que me gustaría, ya es un punto, pero ese guiño me ha encantado.
Ahora a esperar, a ver si la serie sigue con una tercera temporada, y si la hay ¿qué harán esta vez? Yo lo que tengo claro es que seguiré viéndola si continúa.