Cadena perpetua es una de esas hermosas películas que llenan al espectador y que tienen que verse por lo menos un par de veces en la vida. Intensa y profunda, alcanza su máximo esplendor a partir de la hora de metraje, cuando comenzan a sucederse las hermosas escenas que minan la película.

Frank Darabont al mando, lo que ya es todo un seguro cuando se trata de contar bellas historias. Darabont dirige con mano firme y cálida, haciendo de la película un ejemplo visual del significado de la palabra amistad. El director ambienta a la perfección una cárcel marcada por los contrastes, en la que los "buenos" no lo son y los "malos" (los presos) dan lecciones de humanidad. El logro de Darabont es conseguir humanizar y acercar al espectador a unos personajes que, si miramos su pasado, nos producirían asco (la mayoría). Una fotografía descolorida marca la imagen, haciendo de la luz un elemento esencial, sobretodo en espacios abiertos y consiguiendo recrear la tristeza que habita entre rejas, algo que Darabont se niega a mostrar con evidencias, salvando un par de diálogos, para que cale en el espectador más por los sentidos que por presión. La voz en off es otro de los puntazos de Cadena perpetua. Darabont estudió cómo plasmar el paso del tiempo con ella y el resultado es alucinante.

Tim Robbins consiguió el papel después de que lo rechazaran Tom Hanks (por estar preparando Forrest Gump) y después Kevin Costner. Pareciéndome grandes actores ambos, creo que nadie mejor que Robbins para esos personajes grises. El actor californiano crea un personaje tan auténtico que asusta. Morgan Freeman realiza, para mí, uno de sus mejores trabajos. Freeman anda ultimamente metiéndose en todas las películas que puede, pero en Cadena perpetua demuestra que no siempre fue así, sino que hubo un tiempo en el que los papeles fuertes y con carga argumental eran un banquete para él. Buen trabajo el de Bob Gunton haciendo de hijo de la gran puta, algo que muchos actores afirman que es lo más divertido. Correctísimo Gill Bellows, que se gana al publico en su corta aparición. Decir, como curiosidad, que para el papel de Bellows se pensó en Brad Pitt. Estoy seguro de que lo habría bordado.

Resumiendo, que es gerundio: Cadena perpetua es una película sutil, que cala desde el primer minuto pero que se introduce poco a poco bajo tu piel hasta que consigue llenarte por completo. Huye de sentimenalismo baratos y de pasteladas evidentes y acaba siendo una obra maestra gracias al buen trabajo de Darabont y todo su reparto.