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España España · Almendralejo
Voto de Siferval:
7
Drama El Padre James Lavelle (Brendan Gleeson) se esfuerza por conseguir un mundo mejor. Le preocupa ver la cantidad de litigios que enfrentan a sus feligreses y a la gente de su parroquia, y le entristece que sean tan rencorosos. Un día, mientras está confesando, recibe una amenaza de muerte de un feligrés anónimo. (FILMAFFINITY)
6 de noviembre de 2020
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Una áspera y contenida película, de realidad profunda y calibradas emociones. Un cóctel extraño de géneros donde el thriller seco se rodea de un humor negro finísimo, un drama bien mantenido por sus singulares personajes que se ve edificado sobre un cine de aspecto social.
Porque la capacidad que posee el director John Michael McDonagh (El Irlandés) de dotar a sus obras irlandesas de ese componente arraigado a la sociedad irlandesa que le vio nacer es de un conocimiento más que propio. Creado por él mismo, el guión nos lleva a través de personajes vivos y que viven en una pequeña población. Parroquianos que, como es habitual en este tipo de pueblos, conviven alrededor de una iglesia y de un párroco que trata de velar por el bienestar de su rebaño. En este rol hallamos a un espléndido Brendan Gleeson (alma mater también de El Irlandés) que nos entrega a un personaje más meditado, comedido y sincero de entre todos los que ha realizado en su amplia carrera. Con él encontramos un puñado de actores británicos a cada cual más singular: Kelly Reilly (Sherlock Holmes), Aidan Gillen (Juego de Tronos) o Chris O´Dowd (La Boda de mi Mejor Amiga).
Con todos ellos (y los que me dejo atrás) el director logra crear un pequeño microcosmos que se arraiga en lo más profundo de una pequeña sociedad, donde son consabidos los secretos a voces de cada uno de los vecinos que habitan la villa. Como buen cura, el personaje de Gleeson trata de preocuparse por cada uno de ellos. El problema viene en lo que esto supone y afrontar el ultimátum con el que se inicia la película. Un inicio que es brutal por la forma sincera y seca en que se produce. Así comienza Calvary: un viaje entre calle y calle, buscando pesquisas como buen investigador, luchando con su propia fe y cumplir con el deber que tiene para con sus vecinos... Incluso para los que se alejan del rebaño.
Esta es una gran cinta que no deja indiferente a nadie. Agria, crítica, irónica y que deja muchas preguntas para razonar y meditar, con un final que da para pensar, un ejemplo de fe comedida sobre una realidad tan cercana como la que tenemos en nuestra mano. Si a esta dura historia se le une la magnífica fotografía, nos encontramos ante una obra de una belleza crudísima.
Siferval
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