Porque parece una película de Netflix, hecha para que Nicole Kidman, como productora, pueda lucir botox y modelitos.
La idea no es mala, pero el desarrollo es de risa. Los diálogos son absolutamente infantiles. Yo creo que ni los propios actores se los creen.
Es una sucesión de clichés, sin la mas mínima originalidad. La dirección es de trabajo fin de grado en la escuela de cine de Wichita.
Es lenta y carente de interés. No se sabe muy bien cuál es la moraleja.
Te dan ganas de que los encarcelen a todos y se acabe ...
Es un claro ejemplo de que piensan que los espectadores somos idiotas.
Si los protagonistas fueran Uluf Gustaffsson y Ulrike Mainhoff sería una película de sábado tarde de Antena 3 de 8 horas de duración...
Es que el guion es muy, muy malo. Pero que muy malo...