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Voto de Argoderse:
5
Ciencia ficción. Acción. Thriller En la traicionera frontera de la ciudad de Samurai Town, un ladrón de bancos sin escrúpulos (Nicolas Cage) es liberado de la cárcel por un pudiente señor de la guerra conocido como The Governor (Bill Moseley) para que encuentre a Bernice (Sofia Boutella), su nieta adoptiva, que desaparecido sin dejar rastro. Para garantizar que cumpla su palabra, el ladrón es obligado a llevar puesto un traje de cuero que se autodestruirá en un periodo ... [+]
27 de enero de 2022
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La revista Scientific American publicó por primera vez a finales de los años cincuenta, que podían encontrarse restos de nicotina en las plantas del tomate, lo que bautizó como: Tomacco. Los Simpson, décadas más tarde, hicieron el resto para que éste híbrido calara en el imaginario colectivo, como un vegetal un tanto desagradable, pero adictivo.

Quién no recuerda a Bart devorarlo, ante la incredulidad de Lisa, mientras Homer espera la llamada de Mindy (a poder ser el lunes) para hacerse millonario con su experimento, bañado además en rico uranio.

En fin, yo no he comido Tomacco. Ni sé si quiere si existe. Pero ateniéndome a lo anterior, sí que he experimentado en cine recientemente, esa sensación de ver en la pantalla algo desagradable, idiota en ocasiones y hasta paupérrimo, pero a la vez sorprendentemente adictivo. Es el caso de Prisioneros de Ghostland, donde Sion Sono dirige a Nicolas Cage, Sofia Boutella, Ed Skrein, Blly Mosseley y Nick Cassavetes, entre otros, en una suerte de western oriental distópico.

Excesiva en las escenas de acción, incluso para Cage, que se pasa de rosca más de una vez. Ridículo por muchos momentos. Hasta decir basta, incluso. Personajes esperpénticos, que dan náuseas de lo desagradables que pueden llegar a ser. Una 'Cúpula del trueno', pero de Ali Exprés. No le encuentro ninguna lectura filosófica, ni mensaje a tanto plano lento y onírico, más propio de un perturbado que de un director de cine. Tampoco ningún significado al por qué de esta misión de rescate. Dónde está realmente el alma de la historia, continúo desconociéndolo, por mucho que haya pinceladas sobre las motivaciones de los protagonistas.

Y aún así, con todas estas cosas en contra, no podía dejar de mirar la pantalla. ¡Hasta me reía por momentos! Una locura de cabo a rabo, digna de uno de los actores que hasta en sus horas más bajísimas, siempre tiene algo que ofrecer. Sea Tomacco u otra fruta podrida, nunca podré decirle no a Nicolas Cage. Pero eso sí, mejor ir con la mente despierta, liberada y sin prejuicios, que en verdad es como siempre debieras ir.
Argoderse
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