Haz click aquí para copiar la URL
Voto de CODY JARRET:
7
Drama. Comedia Johnny Marco (Stephen Dorff) es un actor de gran éxito cuya vida de excesos y lujo cambia por completo cuando, sin previo aviso, se presenta su hija de once años (Elle Fanning), fruto de un matrimonio fracasado. Johnny es una estrella de cine que vive en un lujoso hotel de Hollywood, conduce un ferrari y sale con bellas mujeres sin comprometerse con ninguna. (FILMAFFINITY)
5 de octubre de 2011
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cuarto largo de Sofía Coppola nos presenta el día a día de un actor famoso del mundo hollywoodiense. Promociones, largas sesiones de maquillaje, viajes a Europa, recepción de premios en cadenas de televisión con mucha silicona y alguna encerrona, fiestas, alcohol, chicas fáciles cada noche, y todo ello con gran desinterés por parte de dicho actor, Johnny Marco, muy bien interpretado por Stephen Dorff.

Johnny Marco ya está a vuelta de todo, y pasa cada día secuestrado por la ceremonia que hay alrededor del cine, donde ya no tiene casi vida propia siendo un mero objeto de su entorno, de ese mundo, donde no le falta nada material o carnal, pero está desprovisto de lo esencial. Vagamente se evade conduciendo un ferrari deportivo de esos a los que solo pueden acceder unos pocos.

Para romper esta vida vacía, aunque ya quisiéramos muchos de los mortales disfrutar un poco de esa vacuidad llenando nuestros huecos con un poco de dolce vita, tiene que hacerse cargo de su hija de 11 años Cleo, interpretada por Elle Fanning destilando una naturalidad apabullante. Sin dejar esa vida disoluta, disfruta unos días de su compañía como una especie de vacaciones, en hoteles lujosos, cenando surtido de helados, tomando el sol, sumergiéndose en la piscina mientras simulan tomar una taza de té, todo tipo de lujos. Y esta relación es sin duda lo mejor de la película. Sofia Coppola a modo de púgil estilista, sabiendo que su cine se caracteriza por ir hipnotizándote poco a poco, nada de golpes directos y contundentes, nos va mostrando esa relación de una forma contemplativa, poniendo la cámara y dejando a los actores que actúen en tareas cotidianas como preparar un desayuno o un comida, jugar en la wii, ver a tu hija patinar, cotillear, escaparse de lo que tenías previsto. Y todo ello calculado para llegar a un final poético a interpretar por cada uno.

Y hay que volver nuevamente a Elle Fanning, conmovedora también en Super 8. Las escenas con el amigo de su padre, mientras dibuja, o le cuenta historias de su padre, son de una frescura tal que parecen extraídas de los descansos del rodaje, es una niña disfrutando realmente, no se nota interpretación alguna, sublime. Si sigue así, tenemos actriz, gran actriz, para rato.

Evidentemente, esta relación hará mella en Stephen Dorff, y tendrá un momento en el que se derrumbará, quizá por no haber estado ahí más tiempo, disfrutando de su hija, y acudirá a un pasado imposible de recuperar.

Por tanto, recomendable film, donde la directora sin estridencias ni dramáticas ni cómicas, manteniendo su particular estilo, suave como el discurrir de un arroyo, nos retrata la vida de una estrella del cine fuera del cine desde un punto de vista de hastío y rutina tal, que el protagonista puede llegar a dormirse mientras lame el origen del mundo.

No soy nada, ni siquiera una persona
CODY JARRET
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow